R. A. Dick es el pseudónimo de Josephine Leslie, una escritora irlandesa. Se la considera autora de literatura fantástica, gótica o costumbrista. Publicado en 1945, El fantasma y la señora Muir dio mucho de qué hablar; se convirtió en film en 1947 y en una serie a finales de los 60. Lucy Muir es una joven viuda con múltiples deudas y menospreciada por su familia política que decide irse a vivir con sus hijos a un pequeño pueblo costero inglés. Su economía solo le permite alquilar una casa que según dicen está encantada, sin miedo a los fantasmas se decide a vivir allí, descubriendo que los rumores son ciertos y que el amor, a veces, sí puede ser para siempre. Vi la película hace años, por casualidad y sin esperar demasiado y me conquistó, vi que estaba basada en un libro y, también, que ese libro era prácticamente imposible de conseguir. Así que, cuando supe que la editorial Impedimenta lo publicaba me entusiasmé y asusté a partes iguales. Me daba miedo que fuese una historia romántica edulcorada en demasía que no me gustase y que me estropease el recuerdo que tenía de la película. Pero, fue empezar y ya en las primeras líneas que describen a la señora Muir estaba dentro, absolutamente rendida a Lucy y a Josephine. Es un libro que consiguió envolverme y acercarme al mar. Es fluido, ligero, refrescante, encantador y fácil de leer. Me fascinaron las conversaciones entre el Capitán Gregg, el fantasma, y Lucy, especialmente cuando discutían, que es casi siempre, por sus diferencias, por el sarcasmo del capitán y por la inteligencia de Lucy que choca con la imagen desvalida que todo el mundo tiene de ella. Me gustó mucho como desmonta las falsas apariencias (de ambos) y como el fantasma es mucho más realista que Lucy, más soñadora, la contradicción que supone y como la realidad y fantasía se entrelazan perfectamente. Me pareció un libro precioso, cozy, con un toque de nostalgia y un amor capaz de superar todas las fronteras del mundo universal. |