Guernica

De este libro me esperaba algo distinto, personal y creativo. Creativo podría llegar a serlo, desde luego, pero el contenido me ha dejado indiferente. Aparentemente, esta obra habla del dolor y del terror, de la tragedia, una visión poética del famoso cuadro de Picasso que pone el foco sobre algunos elementos que lo integran como el caballo, el toro o la madre que sostiene en sus brazos al hijo muerto.

En torno a estos elementos se universaliza la tragedia desde una concepción individual, se ahonda en el conflicto personal y colectivo y en el compromiso social que Picasso, de manera magistral, reflejó en su obra. Lo cierto es que este libro resulta ser un poemario y a mí me ha parecido de todo menos poesía.

Formalmente, hay una clara tendencia al espaciado que para mí no justifica la expresión de un mundo poético coherente ni sustancial aparte, sino que más bien se trata de una estrategia comercial alejada por completo de lo puramente literario. En cuanto al contenido, la línea del libro sigue más o menos el mismo camino. Hay una serie de imágenes y recursos que aspiran a ser en el poema algo más que meros adornos, pero se quedan en eso lamentablemente. Imágenes que parten, por pura lógica, del terror consustancial a la obra y que solo consiguen crear un vacío en el que se pierde la pista de todo.

Desde luego, los trazos del mundo poético presentes en este libro son difusos e imperfectos, por no hablar de las faltas de ortografía que aparecen en muchos de los poemas, lo que me hace pensar que hubo poco cuidado y dedicación en el proceso de edición y corrección.

Entre las opciones de la Masa Crítica pude ver este título que me llamó la atención, como una forma diferente de acercarse a ese cuadro de Picasso que entre grises como las páginas de un periódico representa el horror de un momento que siempre quedará en la memoria gracias a él.

La forma y elegancia con que la autora de estos poemas visita las diferentes figuras que se pueden reconocer y les da un significado, ese simbolismo del que muchos hablan sacando unas expresiones que relatan con otro arte diferente el sufrimiento de quienes fueron testigos de ese desastre.
Si tengo que elegir, para mí los más desgarradores han sido los de la mujer con el niño, con ese niño que ya no es niño ni es nada porque ya no vive. Los versos te acercan a ese dolor, a la incomprensión de lo que está ocurriendo y convierten lo que puede ser un dibujo para muchos en algo muy humano.

Lo recomiendo con gusto porque merece la pena acercarse de esta otra forma a ese gran cuadro que algún día me gustaría poder contemplar en persona.

Me parece una forma muy original de acercarse al cuadro de Picasso y, sobre todo, a uno de los episodios más trágicos de la Guerra Civil española y al horror que se vivió.
Este horror es universal, porque leyendo algunos de los poemas se puede referir a cualquier conflicto pasado y actual, con el dolor y el sinsentido que eso conlleva.
El simbolismo es brillante y las escenas son, en casi todos los poemas, muy visuales, con una estética muy mimada. Sin embargo, para mi en algunos casos la sonoridad y la estética han podido con algunos poemas, que no los encontré un poco vacíos.
En definitiva, un buen y original poemario.