Aunque los dos primeros capítulos no me motivaron mucho luego viene una explosión de drama, humor, violencia, historia y la vida de tres generaciones de dominicanos por luchar contra el fukú, la que también es la lucha de una país y gozamos de un endiablado juego de narradores y lenguaje vistoso, popular con innumerables referencias a cultura friki y a la rica oralidad de nuestro continente. Hasta los subtítulos y las jergas son precisas. Divertido y conmovedor, en una sola obra, como pocos libros.
|