La novela se lee como un tiro. Quizás su autor compartía con el financiero Andrew Bevel, que con el permiso de su esposa es el personaje central de la novela, la opinión de que el lector medio no debería encontrar dificultad alguna en su lectura; o aquello que se decía del estilo de Harold Vanner, el perseguido autor de la polémica novela sobre un rico financiero y su esposa que es la primera de las cuatro partes en las que se divide la de Díaz, un espacio intermedio entre lo intelectual y lo emocional, un difícil equilibro conseguido gracias a “la precisión tranquila de las frases… su vocabulario discreto, su reticencia a emplear los recursos retóricos que asociamos con la «prosa artística» sin por ello perder de vista un estilo distintivo”. “Le fascinaban las contorsiones del dinero: que se lo pudiera obligar a doblarse sobre sí mismo para forzarlo a comerse su propio cuerpo. La naturaleza aislada y autosuficiente de la especulación apelaba a su carácter y constituía motivo de asombro y un fin en sí mismo, con independencia de lo que representaran o le proporcionaran sus ganancias… Benjamin consideraba el capital un ser vivo de existencia aséptica… el ser vivo se ponía en marcha, dibujando hermosos patrones de camino a una abstracción cada vez mayor, y a veces siguiendo unos apetitos propios que Benjamin jamás se habría esperado: eso le proporcionaba a él un placer adicional, el hecho de que la criatura intentara ejercer su libre albedrío. La admiraba y la entendía, incluso cuando lo decepcionaba.” Tan clara y diáfana eran la escritura y la intención (aparente) de las dos primeras partes —la novela de Vanner y la autobiografía de Bevel— que varias veces estuve tentando de abandonar. Benjamin, el personaje de la novela de Harold Vanner, y Andrew Bevel sirven a Díaz para dibujarnos al implacable capitalista que agita sin disimulo la bandera ultraliberal y cuya seguridad en sí mismo y en sus convicciones son tan arrolladoras que por un momento llegamos a pensar que realmente se cree su discurso (hay veces que todavía lo pienso), esto es, que su propio “beneficio personal y el bien común son las dos caras de la misma moneda”, lo que le absuelve de toda culpa, lo que blanquea su falta de escrúpulos, lo que le permite enterrar en el olvido un posible origen indigno de su riqueza en esa calvinista idea de que la prosperidad es prueba de virtud. Harold Vanner, en su novela «Obligaciones», nos da la clave fundamental del éxito del capitalismo ultraliberal, no solo entre quienes lo disfrutan, sino también entre quienes lo sufren, convencidos por aquellos de que la sociedad no se divide entre ricos y pobres, sino entre ricos y futuros ricos, por lo que las ventajas y privilegios que gozan los primeros llegarán a ser disfrutadas en algún momento por los segundos gracias a la prosperidad que los ricos proporcionan y al propio esfuerzo. Ya saben, el famoso sueño americano, y qué ponzoñosa alma podría atreverse a poner trabas a los sueños. “La envergadura de aquellas nuevas empresas monopolísticas, unas cuantas de las cuales valían más que todo el presupuesto del gobierno, era la prueba de la manera tan desigual en que se había repartido el pastel. Aun así, la mayoría de la población, fueran cuales fueran sus circunstancias, estaba convencida de que formaba parte del éxito económico, o de que lo haría pronto.” Pero ahí llegó Ida Partenza, la humilde secretaria de origen italiano y con padre anarquista que será la encargada de llevar al papel la maquillada autobiografía de Bevel y cuyo proceso de escritura, junto con las contradicciones ideológicas que encontrará en sí misma y que marcará distancias con su padre, nos narra de forma magnífica en la claramente más literaria tercera parte (uno de los logros de Díaz es la soberbia construcción de las cuatro voces de la novela). Con ella descubrimos otras grietas del financiero, un megaegocéntrico empeñado en tener siempre razón aunque para ello tenga que “torcer la realidad y alinearla”, lo cual hace no pocas veces sin vergüenza ni culpa, el ultraliberal molesto con la libertad de los otros a la que pisotea sin escrúpulos. La cuarta y última parte son unos fragmentos del diario de Mildred Bevel, la filantrópica y poco conocida esposa del financiero cuya personalidad cambiante es el segundo eje sobre el que gira el relato. Los diarios serán encontrados por Ida muchos años después de trabajar para Bevel y siendo ya una afamada escritora. Su intención era acabar de cerrar la figura de Mildred que en aquellos años no consiguió atrapar. Para ello tendrá que lidiar con su indescifrable caligrafía, su estilo fragmentario, vanguardista y algo críptico, aunque lo suficientemente claro como para encontrar en ellos la solución a algunas claves de su vida con su marido y sorprendernos con la verdad… aunque, quién sabe cuál fue realmente la verdad, cuál fue, como la misma Mildred se cuestiona, el fin que buscaba al escribir su diario. + Leer más |
'Fortuna' es la nueva novela de Hernán Díaz que ha estado presente en más de treinta listas de los mejores libros del año.
En esta ocasión, la periodista Elena Hevia ha entrevistado al autor y podemos escucharlo hablar sobre el proceso de construcción y la estructura de la novela, el poder de las ficciones en la vida real, el infame silenciamiento de las mujeres en el mundo de las finanzas pero también en el de la literatura... y mucho más.
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'Fortuna', traducida por Javier Calvo, es un fascinante puzle literario minuciosamente documentado sobre los entresijos del capitalismo en los Estados Unidos, el poder del dinero y la ambición en la Nueva York de los años veinte.
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Hernán Díaz (Buenos Aires, 1973) creció en Suecia y ha pasado la mayor parte de su vida en los Estados Unidos. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Nueva York y es profesor en la Universidad de Columbia.
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00:00 La adopción del inglés como lengua literaria
12:55 Las cuatro partes que conforman la novela
22:55 El dinero es una mercancía fantástica
26:20 ¿Es una novela política?
36:30 Los que tienen una voz en la historia del poder y los que no
44:30 Las crisis económicas son estructurales del sistema
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