Las violetas de Toulouse

La novela comienza en Toulouse en el año 1944. La guerra civil española hace unos años que terminó con el resultado que todos conocemos. También sabemos que muchos republicanos tuvieron que exiliarse al país vecino. de hecho, muchos de ellos se instalaron en Toulouse, ciudad francesa que fue como una pequeña España republicana en el exilio. Dirigentes del prohibido partido comunista español están estudiando la manera de invadir España y liberarla del franquismo. El gobierno de Franco lo sabe y envía continuamente espías con la misión de enterarse de la fecha y lugar por el que entrarán a España.

Tras unos capítulos situados en dicha ciudad y año, nos retrotraemos unos años, a los de la guerra civil. Allí conoceremos a María Eulalia, una joven de buena casa con dos hermanos sacerdotes. Precisamente María Eulalia se encuentra en misa cuando un grupo de comunistas entra en la iglesia y asesina a tres personas que se encuentran allí: los dos hermanos y la madre de la chica. A ella le dejan marchar pero a partir de entonces tendrá una misión: vengar la muerte de su familia.

Las violetas de Toulouse es una obra de ficción histórica. Los hechos generales que sirven de base a la trama son reales y algunos de los personajes secundarios también (Jesús Monzón, la Pasionaria, Carrillo). No así los principales, María Eulalia y Catalina principalmente ni lo que a éstas les ocurrió. Pero los hechos reales con los ficticios se entretejen tan bien que a veces es difícil distinguir dónde termina la historia y comienza la ficción. Es una novela muy bien documentada que narra unos hechos tremendamente interesantes que, de haber tenido éxito, hubiesen cambiado radicalmente la Historia del país.

La parte histórica es muy interesante. Por supuesto, la parte situada en España y en la guerra civil que, aunque es un tema muy tratado en literatura, siempre me resulta atractivo. La parte que transcurre en Francia ha sido menos tratada en literatura (aunque yo ya había leído alguna novela sobre la invasión del valle de Arán) y, quizás por eso, es aún más interesante. Ese partido comunista en el exilio, la forma de vida en Francia, un país no demasiado acogedor para los españoles y menos cuando la guerra mundial está próxima a su fin y no corren buenos tiempos para el comunismo. de todo eso nos va a hablar el autor, del ambiente que se vivía en Francia , del intento de invasión de España y de los tejemanejes del gobierno franquista para intentar evitarlo. Así, además de una novela de ficción histórica, “Las violetas de Toulouse” es también una novela de espías que nos tendrá en un sin vivir.

Una de las cosas que más me han gustado de la novela es que el autor no toma partido. Conoceremos las dos caras de la moneda, “las dos Españas enfrentadas”, los desmanes que se hicieron por ambas partes, los heroísmos que también hubo en ambas partes. El autor nos presenta a personajes de ambos bandos, cada uno con sus ideales y sus intenciones y deja al lector que decida con lo que se queda y con lo que no.

Otra de las cosas que me han gustado es que da protagonismo a dos mujeres (casi siempre suele hacerlo). Dos mujeres fuertes y luchadoras que, cada una en su estilo, tienen un importante papel en la guerra y después de ella. Catalina es una costurera reclutada para trabajar como enfermera en el bando republicano haciendo de la curación de los demás su profesión para toda la vida. María Eulalia es una chica bien, hija de una familia rica, conservadora y cristiana que tiene las manos blancas y mucha más cultura de la que era habitual en una mujer de la época. Nada tienen que ver una y otra y lo más seguro es que sus vidas nunca se hubieran cruzado. Pero lo hacen y en unas circunstancias excepcionales. A ambas les tocará vivir muchas penalidades, lo que forjará su carácter. Junto a ellas hay un importante elenco de personajes secundarios como Vizcaíno, Torregrosa, Ginés, el Cojo y otros tantos. Además, en un papel más secundario aún, tendrán su aparición estelar personajes reales como la Pasionaria, Carrillo o Jesús Monzón.

Carlos Díaz Domínguez escribe con cuidado y mimo. Sus novelas están bien documentadas y bien escritas pero, además, resultan sumamente entretenidas. En ésta pasan muchas cosas y se viven situaciones tensas y duras que harán que leamos con el corazón en vilo.

Conclusión final

Creo que ha quedado claro que me ha gustado mucho. Una novela muy entretenida, que se le con gusto y que nos habla de un trocito de nuestra historia reciente no demasiado conocido. Os la recomiendo.
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