A lo lejos

El protagonista de esta atípica novela es un hombre salvaje que solo cuenta con su fe en la naturaleza y con su libertad, que se ve amenazada. El autor dibuja una naturaleza salvaje que tiene su marco en la inmensidad de lo que envuelve a Håkan y también su propia naturaleza humana de proporciones gigantescas. Aunque es feroz, en él no habita el mal ni la crueldad que sí encontrará en otros hombres con los que se cruza a lo largo del largo viaje iniciático. Podríamos decir que Håkan es un hombre bueno por naturaleza, como diría Jean-Jacques Rousseau. Es un héroe que mata para defenderse a sí mismo y para defender a aquellos con los que tiene algún vínculo sentimental, por pequeño que sea, o para hacer justicia. A lo largo de los 24 capítulos encontramos algunos simbólicos, como el símbolo de la “fe” que intentan imponerle cosiéndole en el pecho junto al corazón la cruz. Encontramos también en la obra de Hernán Díaz, si leemos entre líneas, un mensaje ecologista subyacente, tanto a través del personaje del naturalista Lorimer, como en la misma relación de Håkan con el entorno natural durante su odisea. Es un entorno salvaje en el que solo los más fuertes sobreviven. A lo largo de su viaje lleno de aventuras, el protagonista llega en algunos momentos a olvidar su objetivo, que es reunirse con su hermano Linus. Uno de esos momentos es cuando construye su fortaleza o búnker. Los hombres malvados y crueles que lo visitan harán que Håkan salga de su estancamiento mental y afronte su futuro con decisión. En este punto vemos un cambio total de actitud. Esta determinación contrasta con el otro Håkan primitivo, casi bestial, que vive solo en el presente, en su propia supervivencia, capaz de matar para no morir.

Como ya hemos dicho, Håkan no tiene nada, solamente la naturaleza y su imponente físico. Por este motivo se aprovecharán o intentarán aprovecharse de él en varias ocasiones. La mujer que lo tiene como esclavo sexual, el hombre que lo quiere utilizar como pistolero para disuadir a los enemigos con su aspecto impresionante, y el otro grupo de hombres que quieren convertirle en una atracción de feria. Se trata de la misma actitud humana de aprovecharse de la naturaleza y de sus bienes, que nos ha llevado al límite del expolio natural. Esos pioneros y la fiebre del oro, ya sabemos donde nos han conducido dos siglos más tarde.

Por otro lado, está el tema de los afectos que mueven al protagonista. El amor fraterno que lo mueve a reunirse con su hermano perdido, por quien se sentirá con fuerzas para atravesar el vasto territorio de costa a costa. Vemos también, al inicio, la amistad con James y su familia.

Se trata de un viaje cíclico, también interior, donde las dos personalidades de Håkan se alternan. El hombre bestial se vuelve afectuoso y más “normal” cuando se cruza con Helen, y el lector puede adivinar que sienten algo el uno por el otro. Es muy interesante la escena en la que Helen se esfuerza en saber y pronunciar bien el nombre de nuestro héroe. Hay que tener en cuenta que decir en voz alta el nombre de una persona, conocerlo, escribirlo en un papel, es un signo de afecto.

El otro afecto humano de Håkan está relacionado con la salvación. En este caso es Asa quien le salva del malvado sheriff. Cuando los encontramos durmiendo, abrazados constatamos que confían el uno en el otro y que su afecto es sincero. Tengamos en cuenta en este punto que Håkan, dentro de su personalidad de animal humano superviviente, desconfía de todo el mundo. El autor nos remarca que esta proximidad de ambos a la hora de dormir, se repite, y la plasma en detalle en dos momentos de este capítulo. Quizás podemos ver aquí un homenaje a Annie Proulx y su “Brokeback mountain” por cuanto esta novela que estamos analizando también tiene parte de “antiwestern”. No he encontrado en otros libros más ejemplos de dos hombres durmiendo abrazados en el salvaje oeste americano. Tendríamos que preguntarle a Hernán Díaz para contrastarlo, pero me cuesta mucho pensar que todo sea fruto de la casualidad. Si hablamos de otras posibles influencias presentes en la novela, quizás haya que sacar a la luz la impactante historia “real” narrada en el libro de Jon Krakauer “Into the wild” que se tradujo como “Hacia rutas salvajes” y que describe la aventura que vivió en abril de 1992 un joven de 24 años llamado Chris McCandless, solo y con poco equipado para los rigores del clima del lugar, en territorio hostil de Alaska, precisamente como nuestro Håkan. Recordemos que la acción nos lleva a Alaska al principio y al final del libro. Me pregunto si también se trata de una casualidad, o Díaz, por contra, conocía la historia antes de escribir su novela. También se hizo una película que dirigió Sean Penn en el año 2007, que tiene por título “Into the wild” y que se basa en esa historia. Si no la habéis visto, os la recomiendo, sobre todo ahora que se han puesto de moda las películas de supervivencia como la premiada “La sociedad de la nieve”. Estoy seguro de que vais a encontrar muchas similitudes entre el personaje de Christopher McCandless y el de Håkan Söderström.

Te tiene que gustar mucho leer para disfrutar de esta novela. Antes de hablaros más de la historia, os diré que es pura narración; el autor consigue transmitir ese desierto sin fin que parece ser el camino que recorre Håkan desde que sale de su pequeña granja, en Suecia, hasta que se convierte en lo que es, por lo que hay que adentrarse en ella con una buena cantimplora, la vais a necesitar, y la tranquilidad de saber que sale del viaje, más que nada porque el texto comienza al final y será el propio «Halcón» quien relate lo que vivió, casi a modo de confesión y con la sabiduría que da el paso de los años.

Mi consejo, quedaos con la primera frase de la sinopsis para saber que lo que vais a leer es algo especial, y adentraros en el resto si no os importa que os descubran parte de la aventura de Håkan y de los personajes con los que coincide en ese viaje; yo no lo hice, yo me tiré de cabeza con él, quedándome en la primera frase, pero ahora que lo he terminado, y confirmando que el texto va más allá de lo que contiene, no veo tan malo ser consciente de qué te vas a encontrar, o mejor dicho, a quién te vas a encontrar.

Håkan es el único protagonista de esta historia que comienza con un viaje que emprenden su hermano mayor y él hacia América buscando una vida mejor, o escapando de una vida peor; desde el principio se queda solo, se pierde, y es precisamente esa búsqueda de su hermano la que le marca el camino a recorrer. Ese camino es su vida y es su aprendizaje o su formación; no es un camino fácil ni ameno ni claro, es la realidad de ese siglo XIX, clara, fría, cruda y abrupta, pero al final es la suya.

Como podéis suponer, es un largo viaje el que realiza nuestro protagonista donde el árido paisaje se aúna con la soledad, el aprendizaje y la naturaleza. Creo que esa transformación a naturista, o naturalista, ahora no sé cuál es el término correcto, con la sequedad y el dolor añadido del que se aísla para poder sobrevivir, llegando un momento en el que pierde su propia identidad, es un deleite para el lector. Eso sí, como ya os he dicho, es una lectura adecuada para disfrutar poco a poco porque si no es así, puede llegar a agobiar.

Tengo la sensación de que la doctrina de búsqueda del origen de todo, del porqué, del organismo primigenio, está en el libro y acaba formando parte de la idea global de esta novela, aunque quizá más metafóricamente de lo que parece. Puede que sea una tontería, pero, al final, es como si Håkan volviera al origen de la vida en sí, pero sin buscarlo, con sus reacciones tan primitivas, sus miedos, su forma de relacionarse o, más concretamente, su simbiosis con el entorno.

No me hagáis mucho caso. La trama es más simple de lo que puede parecer leyendo mis palabras; los personajes que acompañan a Håkan son muy terrenales: prostitutas, bandidos, cuatreros, buscadores de oro, científicos, indios, caballos, peregrinos... y él, simplemente, sobrevive.

A pesar de la parquedad que muestra el argumento en sí, el rico vocabulario no llega a abrumar pero plasma, de una manera a veces irreverente, esa sequedad, esa suciedad, esos olores, ese carácter tan bajo que podía tener la vida entonces y en esos lugares, que me sorprende. La novela, para mí, tiene la fuerza de contar la historia, o leyenda, del Halcón, con la soberbia de aquellos que saben llevarte a donde quieren, por donde quieren, llamando a las cosas por su nombre. Tiene esa crueldad vital que hace que el texto pierda ficción, siendo ficción.

Desconcertante ha resultado ser Håkan; es un personaje que en sus silencios consigue ganar tu atención y tu simpatía, casi de una manera visceral o tierna; despierta esa sensación de indefensión a pesar de que es capaz de avanzar siempre; esa timidez, esas pausas, le convierten en un compañero de viaje extraño. Creo que la comunión que consigue él consigo mismo es tan extrema que asusta.

No sé cómo calificar la novela. Es un trabajo narrativo muy interesante. Es un estudio global completísimo de un personaje con todos sus recovecos. La novela es él, Håkan; y es una tierra, un viaje, una vida; es la historia de cómo se convirtió en el Halcón. Western, porque está ambientada en el lejano oeste, con peregrinos, vaqueros, búsqueda de oro, colonos; tiene espíritu de negra, aunque sea solo por la violencia que de pronto mancha el texto y a sus personajes; tiene una base de novela de formación, porque hay un viaje que cambiará y definirá al personaje; de aventuras e histórica, sin duda. al final, todo queda en una gran novela.

Me ha sorprendido mucho el final. Me ha gustado muchísimo cómo está tejida toda la novela. Ha sido un interesante y bonito ejercicio narrativo de lectura, obligándome a estar en silencio mientras leía. Yo suelo leer con mucho ruido a mi alrededor porque mis hijos son muy habladores y ruidosos, ¡qué le vamos a hacer!, y estoy acostumbrada a abstraerme sin problema, pero hay ciertas lecturas que deben ir acompañadas de silencio y eso ha sido en algunos pasajes A lo lejos.

A lo lejos es mucho a lo lejos; es hacia delante, es caminar, es ser capaz de estar con uno mismo. Ha sido una novela que tiene aventura, violencia, emoción, algo de intriga, enseñanza, naturaleza, supervivencia, y tiene un increíble trabajo de construcción de un personaje. Es brutal. Eso sí, no voy a negar en algunos momentos se me hacía cuesta arriba, al igual que a Håkan, y en otros he llegado a pensar que todo terminaba.


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Tras haber publicado un ensayo sobre Borges en 2012, ésta es la primera novela de Hernán Díaz. Seis años en su proceso de documentación y escritura y seis años más para su publicación, tras el rechazo del manuscrito por parte de varias editoriales para, finalmente, convertirse en finalista del Premio Pulitzer y del Pen Faulkner.

"A lo lejos", es un western, aunque poco convencional. Con personajes típicos pero atípicos, anticlichés. Un homenaje al género y, al mismo tiempo, un intento de desmitificación del romanticismo de la Naturaleza salvaje de los desiertos e inabarcables praderas, del espíritu épico de conquista de los nuevos colonos, de ésos viajes interminables por montañas, cañones y ríos.

Håkan Södeström es nuestro protagonista... Siendo ya un hombre viejo, en Alaska, narrará la historia de su vida a sus compañeros de expedición en un eterno flashback. Una vida, que ya es un mito, una leyenda pública, llena de mentiras o medias verdades. Porque nuestro antihéroe es un emigrante sueco que llega a California, en plena época de la fiebre del oro, siendo casi un niño, en busca de un futuro de vida, tras haber perdido a su hermano Linus antes del embarque, y que tras algunas experiencias azarosas, terminará convirtiéndose en un proscrito, escondiéndose, aislado, con una existencia precaria en un entorno inclemente, en una perpetua soledad, por decirlo en términos de condena.

Dedicará su vida a intentar llegar a Nueva York, a su destino inicial, creyendo que allí se encontrará con Linus. Tímido y asocial, sin ningún conocimiento del mundo, de su entorno actual ni del idioma, su viaje le permitirá el encuentro con personajes poco benéficos, salvo un naturalista que le aportará, durante un tiempo breve, sabios conocimientos y algo parecido al primer sentimiento de amor por Hellen: casi un espejismo minúsculo.

La monotonía, el tiempo que se sucede sin medida, las estaciones que cambian regularmente el paisaje, el aislamiento, la falta real de contacto humano, convierten a Håkan, al que comienzan a denominar el Halcón, en "el buen salvaje" de Rousseau: los seres humanos en su estado natural son desinteresados, pacíficos y tranquilos, y que el mal, como la codicia, la ansiedad y la violencia son producto de la civilización.

Una novela auténtica de aventuras que, aunque en largos pasajes reflexiona de forma filosófica sobre la verdadera naturaleza del ser humano, nos ofrece acción, mucha acción en términos de lucha por la supervivencia en su relación con el entorno y con otros personajes de la novela.

La calidad narrativa de Hernán Díaz es espectacular, magnífica. Haber leído también "Fortuna", su segunda novela y, ya sí, Premio Pulitzer, me ha permitido valorar su versatilidad, su enorme capacidad creativa en contextos esencialmente distintos y con personajes diametralmente opuestos.

Una maravillosa experiencia para los buenos amantes de la lectura; para los que disfrutan, sin prisas porque pasen cosas y porque todo pase, de las grandes historias narradas de manera magistral.

Primer 5 estrellas del año y difícilmente desbancable de esas mejores lecturas de fin de año. Espectacular. Para una degustación lenta.

#EntreLibros

Hoy os quiero presentar una novela que se lee del tirón, una historia que es en sí misma una contradicción y que va más allá de la historia en si para llegar al alma del protagonista y del lector.
Hernán Díaz nos presenta una novela con un título muy metafórico de lo que os vais a encontrar A lo lejos hace referencia no solo del horizonte que veréis en su portada, sino del camino que nuestro protagonista deberá recorrer para llegar a él y así comprender la importancia del propio camino recorrido para crecer como persona.
La portada nos presenta un mismo paisaje reflejado en sí mismo con un gran espacio vacío en su centro, ese espacio lo llenará nuestro protagonista, un hombre extranjero, solo, con dificultades con el idioma, con un destino marcado que se siente muy solo y aislado de todo lo que le rodea.
Håkan Söderström es un joven que viajaba con su hermano hacia Nueva York con la mala fortuna que se separan en la escala en Inglaterra, así es como se encuentra a bordo de un barco rumbo a un destino que no espera siendo el diferente, el extranjero a los ojos de todos los demás, un joven que dependía de su hermano Linus y que desde este momento solo espera reencontrarlo.
La falta de su hermano, de su familia le hace sentir una gran soledad y lo que en la novela empieza como una aventura en el salvaje oeste se convertirá en una epopeya individual hacia un reencuentro deseado, sin olvidar que el autor nos presentará su pasado, su aventura en el mar y su largo viaje por las arenas del destino.
Esta historia no tienen espacio ni tiempo, nuestro personaje no conoce los nombres de los lugares que visita solo puede contemplar aquello que ve, es como si él fuera el antiwestern, toda la situación y ambientación es un western con sus elementos clásicos como las diligencias, los buscadores de oro, las grandes planicies de arena, los personajes que le querrán ayudar y los que le querrán quitar hasta la camisa, pero él está fuera de contexto su mirada es exterior a lo que le rodea, un hecho que me ha cautivado sobremanera.
La prosa del autor es sublime, empieza con un tempo rápido, adictivo, estamos en un barco, hace frio, todo se mueve, se te hiela la sangre y ahí aparece Håkan y su odisea, sus descripciones son cuidadas y remarca aquello que afecta al protagonista, minimiza los diálogos dada la dificultad con el idioma otorgando más presencia a los sentimientos, es como si le quitará un sentido y el resto se magnificaran.
La parte final de la historia es muy introspectiva y profunda, una evolución esperada pero a su vez es sutil arraigando en el corazón del lector quien empatizará fácilmente con el drama personal que el personaje refleja.
Impedimenta nos ofrece un título finalista del Premio Pulitzer, un western sin historia con alma de personaje.

Enlace: http://lapetitallibreria.blo..

Desiertos, llanuras y más desiertos. Pioneros, caravanas de emigrantes, colonos, buscavidas. Ciencias naturales, religión, ciudades emergentes, la fiebre del oro. Andar y andar hacia el este, hacia un horizonte infinito.

Acompañemos a Håkan Söderström, de San Francisco a Nueva York, en la búsqueda de su hermano, al cual perdió justo antes de embarcarse hacia América. Acompañémosle en un viaje que será también, y sobre todo, interior. Entre aventura y aventura compartiremos supervivencia, soledad, sufrimiento, esperanza y miles y miles de kilómetros.

Al final de la novela, ¡cómo me hubiera gustado abrazar a Håkan! A ese gigante sueco de barba pelirroja, mirada huidiza y curioso caminar. Para mí Hernán Díaz ha hecho mucho más que reinventar el género del western: ha creado un héroe épico, un mito, a alguien que parece mentira que no exista. La presentación que hace de Söderström es de las mejores que he leído nunca y todavía es mejor el hecho de que el desarrollo del mismo no decaiga en ningún momento a lo largo de la obra.

Pero no quiero contar nada más ya que es mejor que el propio Håkan os cuente su historia, lo que hay de cierto y de mentira. de verdad, acompañadle; os espera allí, a lo lejos.