Tríptico del desamparo

Esta novela me comenzó entrando por el título (¿no les parece bellísimo?) y la preciosa edición, como todas las de Odelia. La imagen de la tapa está plagada de pistas acerca de la trama de la novela. La historia está narrada en dos tiempos: marzo de 1976 (fecha fatídica en la historia argentina si las hubo) y 2010, en el mundo de las grandes corporaciones transnacionales, la especulación financiera deshumanizada y la desigualdad social más obscena. al comienzo de la novela conocemos a Irene Vidi, una italiana emigrada a la argentina en su juventud que se ha desempeñado como traductora en la prestigiosa Editorial Leopardi, que tiene una relación de amor platónico con Álvaro, el director de la editorial y el mejor amigo de su esposo fallecido, y que es aterrorizada por un hijo violento que la extorsiona y que probablemente esté involucrado en algún movimiento guerrillero. Irene decide desmantelar su vida en Buenos Aires y regresar a su Venecia natal junto a su hermana. Sin embargo, cuando está a punto de quemar las últimas naves, conoce a Rafael Leone, un joven cuarenta años menor, ambicioso y orgulloso pero sumido en la miseria y la desesperación. Irene se entrega a un breve affair otoñal con Rafael y se propone salvarlo y ofrecerle la posibilidad de un futuro mejor, aunque eso implique deshacerse de algunas máscaras. En la segunda parte de la novela encontramos a un Rafael sesentón que debe afrontar las consecuencias de las decisiones que tomó a lo largo de su vida y rendir cuentas acerca de qué fue lo que hizo con las oportunidades que tuvo.

La pluma de Pablo di Marco es excepcional. He descubierto a un escritor capaz de una prosa verdaderamente deslumbrante. También me gustó mucho cómo el trasfondo histórico aparece entretejido con la historia, pero sin comerse lo principal que es el desarrollo de los personajes y sus relaciones.

No voy a referirme al final porque no me gusta hacer spoilers, pero hay una puesta en abismo, en términos de Barthes, que me pareció fabulosa. Por otra parte hay un elemento maravilloso que se vislumbra en las primeras secciones y estalla en la cuarta que puede resultar un tanto chocante, pero me pareció que estaba colocado de forma muy orgánica en relación a los símbolos y motivos de la novela. Pero entiendo que a algunos lectores podría desconcertarlos ese giro genérico. En conclusión, me resultó una novela de lectura muy amena, con un dejo de nostalgia por un mundo un poco más íntegro y bello que parece haberse esfumado para darle lugar al mercantilismo y el utilitarismo. Me pareció una lectura muy recomendable y espero leer más obras del autor en el futuro!