El doble secreto de la familia Lessage

La premisa con la que comienza la novela es bastante impactante, ya sabemos que las desapariciones, secuestros o asesinatos de niños son uno de los temas más crudos a los que nos podemos enfrentar como lectores o espectadores (y cierto es que también son de los más recurrentes en las ficciones), y aquí la autora nos engancha desde las primeras páginas con la desaparición, en 1989 de dos hermanos mellizos, y posteriormente el cadáver de la niña colocado como disfrazado con un vestido blanco y una corona de flores. al niño no se le encontrará nunca y finalmente después de una investigación exhaustiva, y una familia destrozada hasta tal punto que la madre se suicida y el padre queda con todo eso a las espaldas, y con una obsesión casi insana por encontrar al chiquillo que le falta, el caso se cierra.

Damos un salto ahora a unos 30 años después, puesto que en 2018 ocurre lo impensable: desaparece una niña del colegio al que asistieron los mellizos, y días después también un niño. La pesadilla vuelve. Se está repitiendo lo mismo. Es acaso la mano del asesino de Solène y Raphaël que vuelve a actuar? de la investigación se hará cargo el capitán Fabregas, un jóven que, con algunas reticencias al principio, se dejará ayudar por el primer inspector del caso, Jean Wimez, porque está claro que hay una unión en las desapariciones, el tiempo corre en su contra, y si hay alguna posibilidad de resolver el caso actual hay que cerrar y resolver el del pasado, saber qué pasó y encontrar a Raphaël.

Como veis, puede ser un thriller de esos que no dan tregua y nos deja conteniendo la respiración a cada momento... Pero no es tanto, es un thriller, y vamos a encontrar giros argumentales, momentos de sorpresa y alguno de tensión, pero va todo piano piano, la narración es mucho más sosegada que en otras novelas negras, lo cual no es bueno ni malo, simplemente distinto, es otra manera de enfocar la novela y la historia, con un abanico de personajes que van desfilando a lo largo de las páginas y de los que sospecharemos casi en su inmensa mayoría, porque entran en contradicciones, por su pasado, y la mochila que llevan a cuestas, como es el caso del padre de los mellizos, o simplemente por encontrarse en momentos críticos de la historia.

Lo que está claro es que es una novela que te despierta sentimientos incómodos... Y en eso coincidimos muchos de los lectores. Porque se tratan o más bien se insinúan cosas tanto de la relación de los mellizos como de la relación con otras personas, incluídos adultos que son bastante fuertes y perturbadoras. En este aspecto la autora se la ha jugado bastante, porque no todo el lector está preparado para esto, hay momentos que te descolocan bastante, te ponen nervioso, y puede significar que dejen de leerte. Es una novela, que sin tener violencia física, o sangre trata un tema tan escabroso, que no es apto para todos los públicos. No es mi caso, ya que no me había encontrado con algo así en ningún thriller, me ha parecido una vuelta de tuerca nueva a la psique de los psicópatas y me ha traído algo nuevo, así que por eso seguiré la trayectoria de Destombes. Precisamente cuando lleguemos al final y conozcamos toda la verdad nos vamos a dar cuenta porqué esta novela no es un thriller de acción, sino un thriller psicológico, y todo lo que ha acaecido viene de los circunstancias de los protagonistas, traumas varios y relaciones antinatura. Es normal que una mente débil se vea tragada literalmente por una mente fuerte y macabra y ocurran casos como el que nos relata tan hábilmente la novela.

Algo que me hubiera gustado es vivir los momentos de los mellizos en presente. Es decir, que la autora nos contara la historia a dos tiempos, obviamente no desde el principio porque si no perderíamos toda la sorpresa, pero hay un momento en el que vamos a saber qué ocurrió, como murió o fue asesinada Solene y mucho más, y si estos capítulos en los que por fín vemos la luz los hubiera contado a tiempo real, en 1989, con un flashback o directamente situando la acción en ese año, creo que hubiera sido todo más intenso y el lector se hubiera metido mucho más en la historia, y por supuesto todo hubiera sido más vivido e impactante, hubiera sido desde luego una bomba leerlo "en presente" porque ya os digo que lo que se relata es incómodo, salen a la luz muchos secretos y e incluso conoceremos una mente perversa donde deja muchas más víctimas que las que parece a priori.

En cuanto a los personajes, los dos policías son un buen ejemplo de antítesis. El primer investigador del caso mucho más sosegado, con el peso a sus espaldas de una investigación fallida, se ha resignado con lo que pasó. Además, debido a la intensidad del caso y de la investigación, mantiene una amistad con el padre de los niños que pudo ser contraproducente para averiguar la verdad, y también puede poner trabas a la investigación actual. En el otro extremo tenemos a Fabregas, el joven investigador de la desaparición de 2018, intenso, exigente y con demasido ímpetu y poca paciencia. Su prioridad es el caso, le dará igual saltarse reglas y las trabas en el camino las sentirá como algo personal. Es interesante ver se realizan ambas investigaciones, la del pasado y la del presente, los fallos que tuvo la primera y que no se deben repetir en la segunda. También vamos a conocer a la psicóloga que colabora con el caso, Florent, experta en la psique humana, particularmente en la de los niños. Esos niños que tras una máscar angelical, puede ser tan monstruos como cualquier psicópata consumado. Además, como toda la historia transcurre en un pueblo pequeño, es inevitable que salgan a la luz secretos de los habitantes de Piolenc, envidias, trapos sucios y cosas que quizás nunca se deberían haber sabido.

En definitiva y para sintetizar sin desvelar nada, mi estreno con Sandrine Destombes ha estado a la altura, porque me he encontrado con una novela negra distinta a todo lo que había leído, donde desgrana temas incómodos y que a cualquier adulto nos harían como mínimo mirar hacia otro lado. Pero lo hace sin entrar en detalles escabrosos que fascinan a la mayoría de la gente cuando lo vemos en las noticias. Ella lo hace de manera elegante, aunque igualmente dejan tocado al lector porque nos habla de mentes perversas tanto mayores como no tanto, con un estilo ágil, sencillo y que hace que las páginas vuelen entre tus manos. Con un asesino que no sabremos hasta muy avanzada la lectura porque todos los sospechosos tienen motivos suficientes y los rodea un halo de misterio que los ponen en la diana. Y cuando por fín, en el último tercio de la novela sepamos la verdad, ay! Se parará el tiempo y ya no podremos dejar de leer!
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Thriller intenso y rebuscado narrado en tercera persona desde varias perspectivas, con poco diálogo. Sus capítulos son cortos, la autora sabe cómo terminar cada uno de ellos para enganchar al lector y que quieras seguir, que no pares de leer hasta descubrir la verdad. Tu tarea es, junto a Fabregas principalmente, ir encajando cada pieza (y cada personaje) como si de un puzzle se tratase.

Como todas las novelas negras francesas que he leído, la trama principal o, mejor dicho en este caso, la resolución, sin entrar en spoilers, es perturbadora. Resulta grotesca, casi vomitiva... y hasta ahí puedo leer.

Podría ser un thriller perfecto e impecable, si no fuera por el secuestro de los niños en 2018, 30 años más tarde de las primeras desapariciones. En mi opinión no tiene mucho sentido y la segunda trama, necesaria para darle voz a la primera, está cogida con pinzas. Aun así, thriller entretenido, bien escrito, que engancha, con un trasfondo psicológico interesante, aunque hay partes que resultan lentas y repetitivas por, como he dicho, el poco diálogo que hay en toda la novela.

"El doble secreto de la familia Lessage" comienza con la desaparición de los mellizos, Raphaël y Solène Lessage. Nada se sabe de ellos y no tienen ninguna pista. Cuando el caso se está enfriando, el cuerpo de la pequeña Solène aparece en un cementerio, con un vestido blanco, una corona de flores en la cabeza, y ambas manos sobre el corazón. "Parece un ángel", son las palabras de quién la encuentra, pero por mucho que investigan, sigue siendo un callejón sin salida y nada de sabe su hermano, Raphaël.
Treinta años después, la historia se repite, y dos niños del pequeño pueblo de Piolenc, desaparecen. Nadie duda de que ambos casos están relacionados de alguna manera macabra.
Había leído cosas buenas y cosas malas sobre ella, y reconozco que me daba un poco de miedo leerle, pero finalmente he de reconocer que no me arrepiento de nada.
La manera en que están relacionados ambos secuestros, y el porqué después de tanto tiempo, es lo que nos mantiene en tensión durante toda la novela. Por más pistas que encontramos, más se complica, todo lleva a los mellizos, pero no entendemos de que manera hasta que casi hemos acabado su lectura.
Quizá en algunas partes me ha resultado un poco más pesada, más que nada por que los inspectores daban vueltas a lo mismo una y otra vez, y tenía ganas de avanzar y de que hubiese más acción. Un poco repetitiva, que quizá con otro enfoque no nos hubiese dado esa sensación.
Sobre los personajes, tengo mis dudas. Me han gustado y no me han gustado a partes iguales. Igual influye la manera en que la autora les deja expresarse, que por momentos me iban gustado menos. Mucho énfasis, mucha ironía, que en su justa medida está bien, pero que aquí tanto resulta agobiante, y no me ha parecido acorde en algunos diálogos ni momentos de la historia.
Aunque me esperaba otro final, no lo veo tan malo. Si algo justo de credibilidad, y también que se resuelve en un periquete, que después de todas las vueltas que han dado los inspectores, queda un tanto acelerado, como que ya había ganas de acabar el libro.
Aún así, recomiendo su lectura, ya que es más o menos amena y entretenida. No me ha enganchado totalmente pero tampoco me ha aburrido en ningún momento. Creo que es buena opción para leer poco a poco y más, si como en mi caso, lees varios libros a la vez.

Sinopsis: tras la desaparición sin resolver de dos gemelos en el año 1989, en el que la niña apareció muerta después, comienzan a desaparecer niños de nuevo en el mismo pueblo.
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🧐 Opinión personal: este libro me ha parecido un auténtico despropósito. Me parece increíble que tenga buenas reseñas, que haya recibido un premio y que las únicas críticas estén basadas en el tema que trata (por resultar "incómodo"). En mi caso he leído mucha novela negra y no me molesta para nada que se traten temas escabrosos pero si todo lo que os voy a contar a continuación.
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❌ La autora se basa en una teoría psicoanalítica (concretamente en la de C.G Jung) que distorsiona a su antojo para justificar un giro de trama "sorprendente" (surrealista diría yo). No quiero haceros spoiler pero se identifica a las mujeres como emocionales y a los hombres como inteligentes, todo lo malo está asociado con una mujer (muy en la linea psicoanalítica).

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❌ Puedo entender que si estamos leyendo la perspectiva de un abusador se pueda justificar la conducta (al estar él expresando sus pensamientos). Lo que no consigo es que se justifique por varios personajes del libro y de una forma tan asquerosa (no quiero decir más, pero estamos hablando de niños).
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❌ La narración no me ha gustado nada, ¿Es necesario poner signos de exclamación en prácticamente todos los diálogos?
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❌ Muy poco desarrollo de los personajes y la trama tiene todos los cabos sueltos que quieras encontrar...
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Hoy os traigo mi último descubrimiento. El otro día paseando por La casa del libro, me encontré esta novela que me llamó mucho la atención por su portada y por la sinopsis.
Es una novela negra con todos sus alicientes, desapariciones, asesinatos, mentiras, investigación policial, varios sospechosos...
A finales de los 80 desaparecen dos hermanos mellizos y 30 años después, desaparece otra niña en el mismo pueblo, con esta premisa, nos adentramos en una historia oscura y retorcida, con pequeños detalles que hacen mas enrevesada la trama.
El personaje principal, el inspector Fábregas, es un policía un poco irritable, que debe dejarse ayudar por su anterior jefe, ya jubilado, para poder resolver el misterio que le plantea la actual desaparición, y así resolver el caso antiguo.
Un relato muy adictivo, que me ha sorprendido en cada paso de la investigación, y con un argumento bien enredado que me ha tenido intrigada hasta el final.

Un secuestro de dos hermanos mellizos hace unos 30 años, pero que en la actualidad, siguen desapareciendo niños de corta edad, que al cabo de unos dias aparecen sin dar explicaciones.
Ahora se investigan otras desapariciones pero que tienen conexion con la anterior y alli se va a descubrir varios secretos que nos dejan con la boca abierta.
Una novela negra que te hace pensar y enganchar desde la primera pagina. Excelente

Un buen thriller con toque francés clásico. Buenos personajes, buena trama y muy buen desarrollo de la historia hasta desembocar en un muy, aunque previsible, gran final. Recomendable.

Un thriller ligero, ágil y de fácil lectura gracias a sus capítulos cortos.

El inicio tardó un poquito en engancharme, pero una vez que me metí en la historia estuve muy intrigada y las últimas 150 páginas las tuve que leer del tirón. Y vaya final 😱🤯

A destacar la gran labor de investigación en temas de psicología para desarrollar la mente y conducta de algunos de los personajes👌🏻.

Si buscáis un thriller cortito y que no sea pesado, éste es ideal 😊.

Hola lectores! Me ha parecido un thriller "mediano",con buenos personajes aunque algo rebuscados,narrado en tercera persona y con diálogos escasos,una trama que decae por momentos aunque consigue mantener mínimamente el supense,a pesar de tocar un tema tabú,el final es predecible.

Lo empecé con muchas ganas pero a mitad del ibro se me iba desinflando,esperaba más para el tema que lleva la trama,no digo que no me gustara pero tampoco me entusiasmó,la recomiendo como una lectura ligera para quién no ha leído mucho del género.

No me puedo resistir a una novela negra, eso ya lo sabéis. Esta la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, soy rara a la hora de escoger mis lecturas, cada una de ellas tiene que tener su momento, y para esta no lo había encontrado hasta ahora.

Hace treinta años, un pueblo tranquilo y pequeño del sur de Francia vio turbada su tranquilidad cuando los hermanos mellizos Solène y Raphaël Lessage desaparecieron con solo once años. Meses más tarde, apareció el cadáver de la niña. Ahora, tras tres décadas, dos niños vuelven a desaparecer en el pueblo, y las similitudes con el caso de los Lessage provocan que se reabre el caso y se vuelva a investigar.

Me ha sorprendido que, a pesar de tratar sobre desapariciones de niños, la autora tiene una pluma muy elegante, detallada, pero que no busca el morbo fácil ni los detalles escabrosos. Además, las novelas cuyas tramas se van entrelazando en dos periodos distintos me suelen gustar, y así ha sido con esta. Me ha encantado cómo se iban relacionando cada vez los casos de las desapariciones, e ir volviendo al pasado para meterme, un poco más, en la vida de los Lessage.

Sinceramente, no me ha resultado una novela de las más adictivas, aparte de que por las pesquisas de la psicopediatra ya te ves venir el final, de estas que no puedes soltar hasta terminarla; sin embargo, sí es una historia que, al igual que el buen vino de los viñedos franceses, te gusta paladear capítulo a capítulo.

En resumen, dos casos, con treinta años de diferencia, que nos llevan de la mano a un pueblo francés en el que todo el mundo sabe mucho más de lo que cuenta. Entretenida y sutil, la recomiendo.
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