Contigo, siempre

El amor no se puede medir en función del tiempo invertido, sino por la magnitud de los instantes compartidos. A lo largo de la vida, algunos son ligeros, como un roce. Otros hacen que te tambalees bajo su peso.

—Los grandes acontecimientos siempre nos pillan desprevenidos.

Las bodas consisten en una serie de momentos especiales ensartados como las cuentas de un collar. Sin duda cada uno posee si propio encanto por sí mismo. pero al unirlos obtienes una obra de arte.

Los grandes acontecimientos siempre nos pillan desprevenidos.

Si había que besar unas cuantas ranas para encontrar otro príncipe azul, yo me estaba trabajando a tope el mundo anfibio, estaba claro.

–Voy andando a todas partes. –Levantó un pie, luego el otro–. Solo yo, Pite y Repite.