Había escuchado maravillas y, quizá por las expectativas, me decepcionó muchísimo. Habla con total naturalidad e incluso en algún punto reivindica lo femenino frente a lo masculino, cuando para mí lo guay sería destruir por completo estas dos etiquetas. Exige una plurifeminidad no catalogada (bien) mientras habla continuamente de una única masculinidad (mal), dice que es una tontería que nos obsesionemos con el tamaño del pene cuando ella lo usa precisamente de forma ofensiva en varios momentos... y en fin, muchas más cosas así. Las grandes verdades de las que hablan quedan casi sepultadas por las grandes barbaridades. |