No tiene nada especial, pero resulta adictivo. Tan adictivo como suele serlo la misma vida. Guy Delisle cuenta con sencillez una etapa de su propia vida, sus primeros pasos en el mercado laboral, en un trabajo de verano con el que saca algo de dinero para costear sus estudios de dibujo. Por sus páginas discurren personajes que nos resultan muy familiares: desde el veterano hastiado de todo, el compañero baboso e indeseable, el experto, el chulo... toda una suerte de gentes que dan vida y carácter a esta historia. Una buena edición de Astiberri, en tapa dura, para un cómic muy, pero que muy agradable. |