De nuevo Delinsky me tuvo atrapada. Con una maestría formidable, relata la historia de Deborah y Grace, madre e hija que en un día de copiosa lluvia, atropellan a un hombre, que resulta ser el profesor de historia de Grace. La hija conducía el vehículo, y la madre decide autoinculparse para protegerla. Este secreto trastoca las vidas de ambas protagonistas, al punto de sacar a la luz problemas del pasado de una forma dolorosa. Este argumento puede darse de dos formas: crear un thriller espectacular o hacer una oda a las relaciones familiares. La autora escogió esta última opción. Es el segundo libro que leo de ella y puedo decir que es una maestra en la narración de problemas familiares cotidianos. La narración es tan fresca, exquisita, actual y al mismo tiempo tierna y conmovedora. Los personajes son como cualquiera de nosotros, y con relación al incidente: Nos puede pasar. ¿A qué esperáis para leerla? Un 10/10 rotundo |