Un monólogo verdaderamente intenso que leí en mi adolescencia, con grandes toques de humor ácido y reproche continuo... La verdad que engancha saber con qué historia va a continuar la viuda de Mario. Es intenso y con sabor agridulce.
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Un monólogo verdaderamente intenso que leí en mi adolescencia, con grandes toques de humor ácido y reproche continuo... La verdad que engancha saber con qué historia va a continuar la viuda de Mario. Es intenso y con sabor agridulce.
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