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Hay historias que una vez leídas sabes que te acompañarán mucho tiempo, personajes que logran cautivarte, argumentos que calan muy hondo, libros de los que quieres hablar a todo el mundo para que ellos también deseen leerlos. Hoy vengo a presentarles precisamente uno de ellos: 36, de Nieves Delgado. “Nadie se pregunta nunca si el nacimiento de una nueva vida, en sí mismo, es un acontecimiento digno de ser celebrado” Con esa frase inicia la novela corta de Nieves Delgado, con el nacimiento de una Inteligencia Artificial, un acontecimiento que es celebrado por todos en el Centro de Investigación y Desarrollo de Inteligencias Artificiales, el CIDIA, no solo por ser un avance en el proyecto, sino también porque las IAs eran escasas, y la aparición de una nueva siempre era motivo de júbilo. Alegría que fue aún mayor cuando al primer intento de comunicación, la nueva IA responde con un “Buenos días”, algo totalmente atípico, porque por lo general se tardaba varias horas en poder establecer un contacto con cualquier inteligencia artificial, pues tendían a esconderse, a no manifestarse y si se tardaba mucho en realizar ese contacto inicial por parte de los humanos, podían llegar incluso a autoextingirse. Con ese “Buenos días”, se inicia el protocolo y vemos cómo se le asigna su primer cuerpo, el que lleva el número 36 y que es un cuerpo provisional, porque aunque las IAs tengan unas capacidades intelectuales muy superiores al de los humanos, al momento de su nacimiento su desarrollo emocional es como el de un niño pequeño, por eso se requiere un tiempo de adaptación y pasar por diversas etapas: bebIA, niñIA, jovIA, hasta llegar a ser una adultIA y tener un cuerpo definitivo. Los primeros cuerpos son sencillos, metálicos y fáciles de usar, pues aunque las IAs tienen un potencial intelectual altísimo, necesitan entrenar sus destrezas motoras, tener una inteligencia superior no las hace automáticamente capaces de realizar proezas, se precisa práctica. Otra de las características primordiales de las IAs, es que no se les asignaba un sexo, eran ellas las que debían elegirlo antes de pasar a tener un cuerpo definitivo. “¿Qué significa ser humano? ¿Dónde reside tu humanidad?” Acompañaremos a 36 por sus diferentes etapas, viéndola interactuar entre los humanos de su edad emocional según cada fase: en el colegio cuando es una niñIA para experimentar la curiosidad de los niños, en el instituto junto a adolecentes crueles cuando es una jovIA, o luego su paso por la universidad, entre adultos, cuando se le obliga a escoger qué forma deberá tener su cuerpo definitivo. En las interacciones de 36 con los humanos y las implicaciones que conllevan las decisiones impuestas por los que dirigen el proyecto a la IA, veremos reflejados todos nuestros prejuicios sobre la sexualidad y la inteligencia, así como también los complejos de superioridad y la condescendencia con la que tratamos a otros, el temor y la crueldad ante lo que es diferente y lo limitados de miras que podemos llegar a ser. ¿Qué significa ser humano? ¿Qué nos hace serlo? ¿Por qué las inteligencias artificiales no resultaron como esperábamos? ¿Por qué no muestran ambiciones? ¿Por qué 36 es la única a la que le gusta interactuar con los humanos? Expectativas versus realidad, el origen de gran parte de los conflictos. La portada al igual que en CloroFilia de Cristina Jurado (de la que pueden leer mi reseña aquí), estuvo a cargo de Cecilia García y es otra maravilla. Es imposible plasmar en una reseña lo mucho que me gustó la historia, todos los sentimientos que despertó, así que solo puedo recomendarles que salgan corriendo a la página web de la editorial y que por solo 5 euros compren 36, les aseguro que es el tipo de novela que deja huella, además Nieves Delgado tiene un estilo magistral y hace un tipo de crítica que es necesaria desde un género que se nota que domina a la perfección. Tengo muchas ganas de leer más de Nieves, estoy segura de que me seguirá sorprendiendo. Enlace: http://inthenevernever.blogs.. |
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