Entonces Anikeï vuelve sobre mí. Tiene un cuchillo en la mano. Todo mi cuerpo tiembla. Tengo los ojos desorbitados por el terror. Con la hoja del cuchillo, acaricia mis muslos separados y la hace subir por el faldón de mi falda. Con una mano, saca el resorte de mis bragas y lo corta de un sólo golpe. |