Me ha encantado la prosa de esta autora, su estilo sutil pero que va mermando y dejando poso con su manera de describir sensaciones y situaciones. Un libro breve e intenso. Una historia sobre el legado de nuestras familias, del veneno que nos traspasan y traspasamos en nuestros vínculos paterno filiales. Un libro sobre las lealtades ciegas que nos hacen callar, que nos hicieron callar y que silencian a nuestros hijos en torno a lo dicho, al dolor causado, al error cometido, a la herida perpetrada. Un libro fino pero que te carga de responsabilidad, y te hace recordar que hoy llenas mochilas como en su día llenaron la tuya y no de bocatas precisamente. Muy recomendable. |