Nunca. Jamás de los jamases, hacedme caso, os creáis los breves comentarios que aparecen en la portada o contraportada de un libro. En el que nos ocupa, alguien se vino arriba y dijo que semejaba a un noir de Ellroy, gore como Tarantino o afilado como Turow. ¡Y la luna! Lo más negro o gore que en sus páginas encontramos es a algún personaje cagando en la fuente de Mercurio. (lo hace, yo solo traslado los hechos) Hay otra iluminada que se atreve a dejar por escrito que " El derecho de los lobos" recuerda a " El nombre de la rosa" ¿En qué? ¿Las letras son negras, es eso? Afortunadamente no. En nada. A estos dos Italianos se les puede leer de forma fluida y sin bostezar. ¿ Y entonces? Pues lo primero advertir que el texto está escrito a cuatro manos claramente identificables, siendo un par, de prosa pulcra, cuidada y elegante. Es quien se encarga de nuestro primer protagonista. Cicerón, joven y muy pardillo que tratará de vencer un juicio casi imposible con su piquito de oro. El otro par de manos pertenece a un deslenguado sin vergüenza que abusa del lenguaje explícito y vulgar. Conviene avisar al futuro e incauto lector que deteste este tipo de escritura porque abunda. Como para mi, esto enriquece sin lugar a dudas, no hay, por otro lado, mayor problema. Quien ha conseguido que mi lectura sea deliciosa, con todo tipo de eructos, pedos, insultos etc, dará vida a tres personajes de la Suburra (barrio romano de muy baja estofa) absurdos, delirantes, locos, y según refiere el propio autor, gilipollas. (ojo, policías de lo correcto, lo dicen los autores, yo simplemente estoy de acuerdo 🤣🤣🤣) Serán contratados por Craso para que averigüen el paradero del único testigo de un asesinato múltiple en un burdel. Solo por las trastadas de estos tres, el libro merece la pena, pero hay mucho más. Novela histórica ambientada en el año 80 a.c. bajo la dictadura de Sila y donde Craso, de forma activa y Pompeyo, de manera testimonial se dejan ver. El recuerdo de la guerra civil y las posteriores proscripciones (listas negras de nobles y comerciantes contrarios al vencedor y que han de ser ajusticiados) se respira y se teme por lo que los poderoso tendrán que actuar con pies de plomo. Sátira despiadada de aquella convulsa Roma (¿Cuándo no lo fue?) dónde tres ganapanes por un lado pondrán las risas con sus idioteces y un Cicerón muy humano sentirá en sus carnes toda la amarga corrupción de la nobleza. Obra diferente, muy original volcada absolutamente en la ambientación decadente de las primera dictadura de aquella república romana pre Julio César. Grata sorpresa de un libro que ni es thriller ni novela histórica al uso. ¿ Qué es? Una auténtica locura. + Leer más |