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La historia de "El declive" gira entorno a Kazuko y a su madre. Ambas se ven obligadas a mudarse a una humilde casa de campo de Izu, después de tener que malvender sus posesiones y la vivienda de un rico barrio de Tokio donde vivían. La muerte del padre de Kazuko y la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial han reducido los recursos de la familia. Sin embargo, y pese a estar acostumbrada a un nivel más alto de vida, Kazuko se adapta rápidamente a su vida en el campo, pero dos apariciones van a afectar esta tranquilidad: una serpiente que puede simbolizar grandes cambios, y el regreso de su hermano Naoji, un adicto al opio con intenciones de fundirse los últimos restos de la antigua riqueza familair. Siento que "El declive" explora temas muy similares a los que encontré en "Indigno de ser humano", pero desde un pusto de vista bastante diferente. La principal protagonista es Kazuko, y aunque a través de ella vemos el dilema de los diferentes personajes, recae en esta el peso de lo que la historia nos trasmite. Me ha gustado encontrar nuavemente personajes que no se sienten incluidos en la sociedad, y que siendo rechazados por esta a causa de no encajar o no ser entendidos por ella, algunos desisten de la vida, mientras que otros buscan rebelarse ante ella de la única forma que encuentran. La obra nos presenta a personajes muy diferentes entre ellos, pero todos comparten ese sentimiento de rechazo. Uehara es un escritor dado a la mala vida, que aunque tuvo gran éxito en su trabajo hace algún tiempo, ahora arrastra una existencia deprimida que lo lleva de un bar a otro (¿alter ego del mismo Osamu?). También tenemos a Naoji que traumatizado tras haber participado en la guerra, acaba enganchado al opio, sufriendo una gran vergüenza ante la clase social perdida a la que pertenece, que es recriminada por las nuevas ideologías que están llegando desde Occidente. Kazuko es una mujer que no se corta a la hora de expresarse, que desea cosas y rechaza el recato que se le exige a la mujer de su época. Esto sumado a un divorcio temprano y a los prejuicios por su antigua posición económica hacen que la gente que la rodee no la vea con buenos ojos. Creo que es extramadamente importante contextualizar la historia, los sucesos de esta y las sensaciones de los personajes con el momento en que se escribió la obra para entederlos mejor. Japón acababa de perder la Segunda Guerra Mundial y el país se veía inmerso en una apertura a Occidente obligada donde los japoneses sentían perder su esencia, que estaban traicionando su cultura y sus tradiciones. Por otra parte, personajes como Kazuko, demasiado modernas para estas tradiciones son juzgados. Hay ciertas reflexiones de la protagonista donde desea que se la relacione sentimentalmente con ciertos hombres de mala fama, porque considera que una vez que la den por perdida y la identifiquen como una mujer perversa, no tendrá que seguir esforzándose y le resultará más fácil vivir. Impactante. Nuevamente Osamu nos habla del suicidio, y nos expresa sin tapujos los deseos de varios personajes de acabar con su vida, declarando el derecho del ser humano a la vida, pero también a la muerte, y a finalizar esta si lo desea como algo digno, en contraposición la creencia cristiana. Siento que pese a no haber podido pillar toda la simbología que tiene la novela, producto de la brecha cultural y las propias traducciones, es obra muy rica en detalles. Especialmente la figura de la serpiente como amenaza de muerte o de transformación me ha gustado muchísimo. ¿Es Osamu Dazai un autor para todos los públicos? Debo admitir que probablemente no. Leí el libro en un grupo de lectura y, realmente, no cautivó a nadie salvo a mí. Pero creo que todos aquellos que empatizamos y compartimos su visión pesimista (o realista) sobre el mundo y las personas que viven en él, enganchamos rápidamente con sus personajes y los problemas a los que estos se enfrentan. Esos personajes siempre están tocados, siempre se sienten apartados en una sociedad que no los valora como individuos y que solo busca la norma y la alineación de todos sus miembros. Para mí, Osamu se ha convertido en un autor imprescindible. |
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