Kiko es una chica de 17 años, no es popular, al contrario no le gustan las fiestas, ni estar rodeada de gente, apenas tiene amigos y su madre la trata como si no existiera la mayoría de las veces, es una chica muy insegura por culpa de su madre y de otras personas. Kiko sueña con estudiar en Prism, la mejor universidad de arte y que está en Nueva York porque su pasión es el arte y sobre todo pintar. En su vida aparecerán varias personas que la ayudarán a abrir los ojos al mundo y a descubrir lo maravillosa que es. Hay dos personajes que para mí son odiosos la madre de Kiko y su tío Max, son egoístas, egocéntricos, insoportables, de esas personas que te sacan de quicio en un minuto, he tenido ganas de estrangularlos todo el libro. Y por otro lado me ha encantado Hiroshi que es encantador, amable y por todo lo que hace, y Jaime, para mí son dos de las personas más importantes al final. Ha ratos Kiko me ha desesperado mucho y me daban ganas de gritar "pero espabila" pero luego piensas que es una chica que ha crecido con una madre como la suya, mala y egoísta y siempre diciéndoles que es fea y menospreciandola y entiendes su comportamiento. Es un libro intenso, con muchos sentimientos que te harán meterte en el mundo de Kiko y sufrir con ella. La historia está contada por Kiko en primera persona y eso hace que conectes más con ella y sientas lo que ella va pasando. Me ha encantado que Kiko al final de cada capítulo describe el dibujo que hace y que tiene que ver con su estado de ánimo. Me ha enganchado desde el principio, tiene capítulos cortos y se leen muy rápido. El final también me ha gustado mucho. |