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Natalia Pérez-Galdós (Traductor)
ISBN : 8467050608
472 páginas
Editorial: Espasa (03/10/2017)

Calificación promedio : 4.33/5 (sobre 6 calificaciones)
Resumen:
Desde su posición de declarado ateísmo, Dawkins disecciona en este libro la irracionalidad de la creencia en Dios y el daño que la religión, desde sus numerosas perspectivas, ha causado en la sociedad a través de los siglos. Mediante un exhaustivo análisis de todos los argumentos que sustentan la religión, demuestra la improbabilidad de la existencia de un ser supremo y ofrece las múltiples ventajas que, según su criterio, ofrece el ateísmo para el individuo y la so... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Homolectus
 21 February 2023
La primera conclusión que saco del libro es: Dios es el amigo imaginario con mayor registro bibliográfico de la historia y no merece tener tanta, si somos sinceros y evaluamos las atrocidades que sus amigos del mundo real cometen día a día mientras profesan una de las tantas variedades de la única y verdadera religión del amor.

Sin duda, Richard Dawkins es la figura del movimiento ateo más representativa de la actualidad. Su fuerte activismo que lo ha llevado a dar conferencias, hacer documentales y escribir artículos y libros sobre el tema lo han convertido en un referente del tema y en una piedra en el zapato de cualquier creyente que brote de la tierra.

El espejismo de dios es quizás, su obra más conocida sobre el tema. Un libro casi que de lectura obligada no solo para los ateos de pura cepa, sino también para cualquier persona que se considere hija de la razón y que haya recibido educación científica.

Al comienzo del libro se nos presenta como un manual para el ateísmo, pero creo que el calificativo le queda corto y la obra va más allá. A lo largo del libro, Dawkins nos presenta cuatro acicates de conciencia que para él son fundamentales para entender el ateísmo y su papel en el mundo contemporáneo. Así pues, a lo largo de la obra nos mostrará que:
• Se puede ser un ateo feliz, equilibrado moral e intelectualmente pleno
• Se pueden usar grúas explicativas para comprender el cosmos
• A los niños hay que mantenerlos alejados de la religión
• Se puede vivir siendo orgullosamente ateo

Para abordar de la mejor manera los acicates que Dawkins propone, presenta un ensayo que no deja por fuera a ninguna de las principales temáticas sobre el ateísmo. Es así como Dawkins comienza hablando de la forma más frecuente con la que se aborda y se intenta refutar el ateísmo con el ejemplo más clásico de todos: Einstein y su relación trascendental tan salida de lo usual. Aquí Dawkins nos presenta una de las primeras y más grandes conclusiones de su libro: La religión ha monopolizado la capacidad humana para asombrarse con la naturaleza, ha monopolizado nuestra capacidad de trascender.

Luego presenta una revisión histórica de los conceptos de monoteísmo, teísmo y panteísmo, todo esto con el fin de definir al dios teísta que será el blanco de su libro y la necesidad de escribir un libro como el presente. Junto a esto, presenta la hipótesis de dios y la evolución del concepto desde el politeísmo hasta el monoteísmo actual. Todo esto con el fin de mostrar que el concepto es con continuum que ha cambiado en función de las necesidad particulares de un grupo determinado de personas.

Con el terreno allanado y los jugadores en el campo, Dawkins luego emprende un análisis sobre los argumentos más famosos sobre la existencia de dios y muestra lo pueriles, blandos y sin sentido que son. Esto lo hace de forma espléndida y desde varios frentes, pues a veces recurre a las neurociencias, otras a la probabilidad, otras a la evolución y otras a la lógica proposicional. Sin duda todo esto con el ánimo de abrir el panorama sobre los posibles argumentos que alguien se pueda encontrar en la calle.

Hasta ahí creería uno que el libro es suficiente y que no hay nada más por decir, pero Dawkins va más allá y aprovecha para abordar otros temas en torno a la religión que afectan la vida cotidiana en igual o mayor medida que la misma creencia en dios. Así pues, luego nos encontraremos con una serie de posibles explicaciones a la existencia de la religión, de las cuales la más notable y la que más le hace fuerza Dawkins es a mostrarla como un subproducto de mecanismos de irracionalidad de nuestro cerebro. Es decir, muestra a la religión, a la necesidad de creer en algo más allá de la simple existencia, como un fenómeno común en la evolución. ¡Esa bobadita, nada más!

Dawkins también abre un espacio para explorar el origen del bien más allá de la religión. Es así como lo explora de una manera muy bella desde la biología de la conducta y le otorga sus orígenes a la benevolencia en el parentesco y la reciprocidad. Dos fenómenos muy bien estudiados por la biología de la conducta y que se aplican a muchos grupos de animales. Entiendan cómo esto reduce la benevolencia humana a una expresión modificada de algo que los demás grupos hacen igual de bien, o mejor que nosotros.

Cerca del final Dawkins dedica un espacio a mostrar el mal que resulta para las mentes de los niños su exposición a la religión. Abre espacio para mostrar casos reales en los que antiguos creyentes fueron simple y llanamente segregados por su familia por el simple hecho de no compartir sus creencias, muestra algunas declaraciones de cabecillas visibles de las corrientes del cristianismo tanto en Estados Unidos como en Reino Unido que dejan mucho qué desear si nos atenemos a la imagen de religión del amor que tanto dicen profesar. Sin duda y sin importar la religión con la que los padres hayan sido mal educados, a un niño hay que enseñarle cómo pensar, no en qué pensar.

Con todo lo que he dicho, pareciera que El espejismo de dios es un libro lúgubre y demasiado pesimista, pero eso lo hice a propósito porque dejé lo mejor para el final igual que Richard. Dawkins propone la Ciencia como nuestra alternativa más racional para conservar el asombro. Lo hace a lo largo del libro de forma sutil, a veces desapercibida y al final lo refuerza y deja de forma explícita en el último capítulo.

Llegar a esta conclusión en un libro que venía a hablar de dios, el dios que tanto le sacaron en cara a Einstein, no es casualidad y es apenas la conclusión más lógica, pues la naturaleza de nuestro espíritu de asombro existe más allá del mundo natural, es producto de nuestra incomprensión del fenómeno. Este ha sido el impulso de la ciencia durante toda la vida y siempre lo será. A la par de esto, Dawkins deja en el peldaño de acicate de conciencia a la selección natural y muestra todas las características de ella como contrapeso a la casualidad que tanto mencionan los creyentes en sus conversaciones “más profundas”.

Con todo esto, pensé que Dawkins llegaría a ser más incendiario y dejaría por el piso la religión sin mucho argumento de por medio. Pero en cambio, lo hace de forma elegante, bien estructurada y con una colección de argumentos que van y vienen a toda las disciplinas, pues como él mismo señala “con los creyentes no basta decir «soy ateo», hay que tener argumentos.” Es interesante que abogue por dejar de darle un respeto desmedido a la religión más allá del que se le puede dar a cualquier ser humano por el hecho de tratarse de sus creencias y comenzar a poner los temas sobre la mesa y tener las conversaciones incómodas que ejerciten el pensamiento y que nos den más preguntas que respuestas.

Este libro era una deuda pendiente que tenía. Una deuda en doble vía porque el libro llevaba ya un par de años en mi biblioteca esperando el momento en que fuera elegido por mi caprichosa manera de escoger la siguiente lectura, y era ante todo, una deuda intelectual, pues no cabe duda de que el libro de Dawkins es referente en el tema y que la actualidad de sus observaciones nutren el discurso fruto del razonamiento.

Me llevé una grata sorpresa al descubrir que Dawkins fue gran amigo de Douglas Adams, que lo recuerden con tanto aprecio y que en su libro le abra espacio en un par de ocasiones para citarlo y hablar de su ingeniosa obra de (no) ciencia ficción. Es un regalo inesperadamente bello encontrarse con una mención al género dentro de un ensayo tan sesudo.

No se trata de ser ateo simplemente por serlo, serlo sin argumentos y sin las convicciones necesarias para sentar las bases del pensamiento. El espejismo de dios es más que un manual sobre el ateísmo, es todo un tratado sobre el tema con un amplio corolario de temas por tratar, de orígenes y de posibles ataques que un ateo debe soportar en su diario vivir.

Es un libro que sin duda da mucho tema para hablar y del cual cada persona que se sienta atraída por él puede encontrar aproximaciones que entienda más que otras, pero que sin duda no lo dejará siendo el mismo sujeto.
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Vidéo de Richard Dawkins
Catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid y director del Centro UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos, Juan Luis Arsuaga se suma a #LaCienciaNoMuerde para ensalzar la lectura en general y los libros de ciencia en particular.
El también codirector de las excavaciones de la sierra de Atapuerca (Burgos) recomienda una serie de libros para perderle el miedo a la ciencia. Entre ellos se encuentran ?El viaje del Beagle? y la autobiografía de Charles Darwin, ?El gen egoísta? de Richard Dawkins, ?Armas, gérmenes y acero? de Jared Diamond y ?El mundo visto a los ochenta años? de Ramón y Cajal.
"La Ciencia No Muerde" es una iniciativa de la Fundación Lilly que busca contribuir al enriquecimiento de la cultura científica en España. Se puede seguir en las redes sociales con la etiqueta #LaCienciaNoMuerde.
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