Evil War

Este cómic nos traslada a un futuro donde la tierra ha sido totalmente destruida por la guerra nuclear y bacteriológica entre los distintos países. Los pocos humanos supervivientes embarcan en sus naves a colonizar un nuevo planeta muy parecido a la Tierra: Iahoon. Allí construyen pequeños núcleos para albergar a la nueva población. Todo indicaba que se podría hacer una nueva vida hasta que la civilización entra en guerra con una horda de demonios venida de otro planeta, comenzando una cruenta guerra.

El protagonista de esta increíble y emocionante historia es Mayorick. Mayorick es un joven sin familia y con un pasado muy oscuro del que poco a poco iremos conociendo a través de unos flashbacks. Es un guerrero y con unos valores y principios muy marcados. Pero tiene un don, pues puede ver solo él una visión. ¿Estará loco y está destinado a algo grandioso? Su entrada comienza cuando se pone al mando del capitán Brave. Mayorick va a estar en todo momento respaldado y apoyado por Dorton, un soldado que tiene el llamado tercer ojo, y su letal compañero, Sun, un soldado aterrador.

El enemigo es Lord Nymbroth, el líder de los demonios. Este habita en la Cumbre del Olvido. Tiene una despiadada hija, Satirya, tan cruenta y sanguinaria como su padre. Estos parecen que han ido a Iahoon detrás de algo o de alguien que parece estar escondiéndose en el planeta.

La trama es muy entretenida, atrapa al lector de principio a fin y tiene unos giros argumentales que, si bien son muy de sopetón, encajan bien en la historia. Es una lectura ágil, en ocasiones desenfrenada en los momentos de batalla, y que te va transmitiendo emociones, como el de impotencia o una gran tensión y frenesí.

El mundo creado por Braña es sublime y muy bien construido. Ha creado una variada tipología de demonios y una sociedad muy jerarquizada. Además ha creado un ambiente de ciencia ficción bueno y con unas técnicas muy avanzadas, especialmente con la creación del tercer ojo (lo que permite ver a los demonios entre dimensiones). Lo que más llama la atención es el hecho de que en Iahoon no hay tanta agua como en la Tierra, por lo que la han tenido que crear.

La historia está llena de acción y de emoción con un final medianamente abierto. El aparato artístico es una completa pasada. El dibujo de Alarcón es muy bueno, pero que muy bueno, y de una enorme calidad: los gestos, los movimientos, el ambiente, etc. Lo que más me ha llamado la atención es los primeros planos de los rostros y las escenas de acción. Un grandísimo trabajo. Todo esto cobra aún más fuerza con el color de Martínez. Un color espectacular.

Por último, la historia está formada por seis capítulos más un epílogo. Aunque es autoconclusiva, el final está algo abierto para otra historia. Incluso la trama principal puede generar otros volúmenes relacionados, pues habría mucho que contar. La edición es muy buena, muy bien cuidada y trabajada con una calidad del papel inmejorable y una buenísima impresión.

En conclusión, una apasionante historia épica entre humanos y demonios. Una lucha entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad, entre la libertad y el sometimiento. Una trama con unos buenos personajes muy bien construidos y definidos dentro de una ambientación muy bien creada de ciencia ficción. Un guión excelente, unos buenísimos dibujos y un buen color. Una combinación perfecta que hace de este cómic una joya. A mí me ha encantado (y esto se queda corto).
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