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"El monte Análogo. Novela de aventuras alpinas, no euclidianas y simbólicamente auténticas" (Atalanta, 2006), de René Daumal y traducido por María Teresa Gallego, es un libro cuya sinopsis no me atrajo, sino que directamente me enamoró. Más que su sinopsis, creo que me enamoró alguna reseña que debí leer sobre este libro que, al final, ha resultado decepcionante. Esta es una novela inacabada porque su autor murió de tuberculosis con apenas 36 años, pluma en mano, escribiendo el capítulo quinto de este libro, que en realidad debería haber tenido siete. La novela cuenta la historia de un hombre, nuestro protagonista y narrador, que se embarca con otros en busca de un monte que creen imaginario, pero al que ya sienten como material: el monte Análogo. La planificación del viaje y, en general, la novela, es toda una clase de ciencias, marcada además por un profundo conocimiento científico del autor y de su gran capacidad imaginativa. Es curioso ver detalles como que el barco en el que navegan en busca del monte Análogo se llama Imposible, o que la mujer del protagonista y narrador se llama Renée, y el autor del libro, René. Al final, los viajeros llegan a su ansiado destino gracias a varias coincidencias de condiciones atmosféricas y climáticas que les permiten entrar en esa especie de universo paralelo en el que el monte Análogo existe sin ser visto por el resto del mundo. Y llegados a este punto me fue inevitable acordarme del famoso Triángulo de las Bermudas y de las tantas teorías que hay a su alrededor. La historia apenas interesa como fondo. Su forma es lo más interesante, pero tampoco es para tirar cohetes. Este es un compendio de críticas hacia la vida urbana, además de una oda bucólica al campo y a la vida en la naturaleza. Impregnado por un aura mitológica y mística, al final parece más interesante la biografía del autor que la historia de esta novela. Entre simbología y filosofía, donde caben pregunta sobre la vida y la muerte, llegamos al final abrupto de la novela, que termina con una coma, justo en lo más interesante de un breve cuento insertado en la historia. al final, una serie de poemas futuristas y un epílogo de lo más explicativo consiguen que la historia que los precede salga a flote. Muchas veces, como en esta ocasión, intento mirar atrás y comprender qué he hecho mal para que este libro me haya decepcionado de forma tan extraordinaria. Y más aún viendo cómo la gente valora tan positivamente este libro en algunas plataformas literarias. Una pena, porque me esperaba mucho. Nunca aprenderé a no esperar nada ni de las personas ni de los libros. |
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