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Maze Runner: Correr o Morir es uno de los títulos que se suman a la lista del género distópico. Un género que se está poniendo de moda y que podemos encontrar frecuentemente dentro de las novedades editoriales, cosa que hace que difícilmente un libro logre destacar sobre los demás. James Dashner ha logrado precisamente eso: destacar su obra sobre las demás. Thomas despierta dentro un elevador, y de lo único que puede recordar es su nombre. En el momento en que sale del elevador, se encuentra con un grupo de muchachos que lo reciben y le cometan que ha llegado a El Claro. Un lugar que está rodeado por unos muros de piedra que conducen a un laberinto, y que cierran cada noche. Un laberinto envuelto de misterios que tienen que resolver para poder salir de ahí. Tanto la historia como sus personajes de la primera entrega de Maze Runner son sumamente originales. Tan sólo la idea del laberinto y las conspiraciones son elementos que colocan a Correr o Morir por encima de las demás distopías. Los personajes, su psicología y su transformación a lo largo de la historia, se convierten en un punto a favor, puesto que ellos sirven de apoyo para romper todos los clichés o las expectativas que se generan conforme avanzas la lectura. Tal es el caso de ser un libro que está repleto de personajes masculinos y que solamente consta de una figura femenina. Una variable que despierta curiosidad y le da un "sabor" diferente a la lectura del mismo. Otra cosa que es bastante original y que ayuda para provocar esa sensación de un mundo totalmente distinto es el vocabulario que emplean para referirse a diferentes aspectos de su vida. Puede que en un principio el lector no se acostumbre a ese vocabulario que resulta complicado en un inicio, pero después de haber pasado al menos los primeros dos capítulos, hará suyas esas palabras tan extrañas dentro de su habla. En cuanto se refiere a sus personajes principales, como Thomas, Newt, Minho o Chuck, se les llega a tomar cariño y se adentran en nuestros recuerdos por tener unas personalidades inteligentes que resultan difíciles de olvidar. Así como sus antagonistas, que en su momento podrás llegar a odiar, pero conforme avanzas, probablemente podrás entender su punto de vista hasta el punto de querer sentir compasión por ellos. Así como toda historia, Correr o Morir intenta dejarnos una enseñanza y eso es: los valores axilógicos. Se nos pone ante la mesa diferentes cuestiones como: ¿qué cosas estaría dispuesto hacer para sobrevivir? ¿Sobrevivo por costumbre o por que deseo algo más allá de lo aparente? A su vez, recalca mucho lo que es la confianza mutua, el compañerismo, la amistad, entre otras. Cosas que parecen tan sencillas dentro de la trama, pero que si uno se detiene a reflexionar, también podría ser un poco aplicable dentro de nuestra vida cotidiana. |
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