¿Por qué una chancha? Creo sin temor a equivocarme que, exceptuando ¿cómo estás?, es la pregunta que más me han formulado desde la publicación de Chanchadas en 1996.
En realidad no tengo una respuesta precisa sino meras aproximaciones estadísticas. A menudo comprobamos que a las mujeres se las trata mucho más como chanchas que como yeguas, vacas, monas, víboras o tigresas; más aún que como jirafas, sanguijuelas, babosas o tarántulas; y mucho más aún que como ... >Voir plus