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Rubén Darío pasó a la fama por sus versos exquisitos ("Azul o "Prosas profanas") pero no por su ambiente de fino terror que es igualmente delicioso e imposible de olvidar. La intromisión de Rubén Darío en este ámbito no es fortuita ya que era un gran admirador de Poe, Hoffmann o de Théophile Gautier. Además, el propio Darío señala en su "Autobiografía" que su inclinación hacia estos temas se debe a las leyendas populares oídas en su niñez y a los trastornos nerviosos que padeció (causado por el incipiente alcoholismo) En estos cuentos podremos ver cómo siguen vigentes los ritos prehispánicos, la belleza disfrazada de muerte, la dualidad del ser humano, el tema de las drogas o el quijotismo, muy utilizado este último por Borges también. Los cuentos que más me han gustado han sido "D.Q.", "El caso de la señorita Amelia" y "Cuento de Pascuas". Me ha gustado mucho descubrir esta faceta del autor, así que si queréis disfrutar un terror psicológico muy fino con un lenguaje exquisito no lo dudéis. + Leer más |
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En palabras del Nobel de Literatura hispanoperuano, «Cartas a un joven novelista» (Alfaguara) «no es un manual para aprender a escribir, algo que los verdaderos escritores aprenden por sí mismos», sino que se trata de «un ensayo sobre la manera como nacen y se escriben las novelas». Para poner de nuevo en valor la obra y la figura de uno de los mayores exponentes del «boom» latinoamericano, en LENGUA recuperamos ese título para reproducir íntegramente el capítulo dedicado al estilo del novelista, un texto que es en realidad una lección magistral del oficio de escribidor y por el cual transcurren algunos de los nombres que han marcado tanto la literatura latinoamericana del siglo XX como su propia experiencia lectora: Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Rubén Darío...
Narrado por Julio García. Fragmento del audiolibro Cartas a un joven novelista de Penguin Audio.Imagen ilustrativa: Getty Images.