![]() |
Un libro muy especial. Leer Azul es un poco como viajar a otra época, a una en que la caballerosidad era la norma, y la buena educación era sinónimo de exquisitez. Estamos frente a uno de los textos que introduce el modernismo en América Latina, y es una colección de breves cuentos y algunos poemas (según la edición hay pequeñas variaciones, sobretodo en los poemas). Rubén, en los cuentos, toca muchas veces temas vinculados con su eterna obsesión: la belleza. Nos habla de artistas capaces de crear una belleza maravillosa, reducidos a empleadillos del Dinero, reducidos a pintar, a cantar, a narrar mediocridades, o a empobrecerse miserablemente por seguir sus sueños. Nos lleva de viaje a lugares fantásticos, con un marcado gusto por la mitología clásica, a veces griega y a veces inventada por él, del mismo modo en que homenajea a los autores y artistas que él admiraba. En otros momentos, nos regala viñetas, breves textos que son una especie de retrato que incluso podría convertirse en un cuadro. Y es que Rubén escribía como si quisiera usar todas las artes: su prosa es sonora y musical, pero también pictórica, llena de descripciones tan precisas como si nos pusiera a mirar la escena que describe. Y literaria, con una enorme riqueza de vocabulario y una composición clásica. De Azul no esperemos cuestionamientos profundos, literatura social o intereses trascendentes. No esperaremos ideas modernas, porque Rubén no mira tanto adelante como mira atrás: esperemos a un enamorado de las ideas y formas clásicas, de la belleza eterna. Esperemos ir a una fiesta, a leer cuentos para todos los sentidos, a la exaltación de lo exótico y lo hermoso, y el apetito por el arte y por los sueños. Es un libro como para aprender a escribir, para recordarnos los enormes recursos de nuestro lenguaje, y ante el cual algunas narraciones... es que parece que las hubiera escrito Tarzán, sencillamente. Una obra superior, ante la cual el único peligro es intentar imitarla. + Leer más |