La sal de la tierra

cuando leí un resumen de “La sal de la tierra” de Daniel Wolf, me lancé a la búsqueda de este libro y no tardé en hacerme con una edición de bolsillo bastante económica con una portada realmente preciosa que merece mucho la pena. En el primer capítulo ya estaba enganchada a esta historia que comienza con su protagonista, Michel de Fleury, de pequeño en la Alta Lorena del siglo XII escapando junto a su familia de las injusticias cometidas por el señor de la tierra hacia sus siervos y buscando una vida mejor en la vecina Varennes. Con el tiempo, Michel se convierte en un mercader que hereda los negocios familiares, pero que ve imposible prosperar por las caprichosas leyes y dictados impuestos por la nobleza y el clero. Con un carácter decidido y luchador, el mercader hará lo imposible por hacer valer sus derechos y ayudar a sus vecinos, empezando por ponerse al mando del gremio de mercaderes.

Uno de los puntos fuertes de esta historia ha sido recorrer junto a Michel gran parte de su difícil vida, marcada por las trabas que las opresivas leyes sociales y comerciales le ponen a su profesión e incluso a su vida personal, puesto que, por una serie de circunstancias y normas típicas de la Edad Media, le resulta imposible estar junto a la joven que ama. Este libro ha logrado que reviva una vez más la oscuridad y el terror imperantes en esta sombría época histórica, a la vez que es todo un ejemplo de cómo la ciudadanía tuvo que ir poco a poco rebelándose y luchando contra el poder establecido a pesar de los duros castigos impuestos a la libertad de expresión, las protestas ciudadanas, el adulterio o la homosexualidad.
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