Soy feroz: 130

Milo es un lobo joven que toda su vida ha querido ser un lobo feroz. Ya su madre, cuando le acunaba, le cantaba una especie de canción en la que le decía que de mayor sería un lobo feroz. Y con esa idea ha crecido: cuando sea adulto, será un lobo feroz.

Pero la verdad es que tiene dudas, ¿cuándo va a suceder eso? ¿Cuándo se va a convertir en un lobo feroz? ¿Y cómo, de repente, o tiene que hacer algo?

La verdad es que Milo empieza a estar un poco preocupado porque no crece, no es fuerte, no sabe aullar... ¡qué desastre de lobo!

Sus amigos, que le quieren mucho, deciden ayudarle y le preparan un circuito de entrenamiento. Cada uno le entrenará en aquello que es más hábil: el oso en fuerza, la ardilla en agilidad, etc...

"Soy feroz" es un precioso cuento infantil lleno de valores. Por una parte, nos habla de que hemos de esforzarnos por cumplir nuestros sueños. Hay cosas que pueden resultar difíciles pero, muchas veces, con esfuerzo y tesón se pueden conseguir. Hay que proponérselo y trabajar en ello ya sea estudiando mucho, entrenando..., lo que sea. No pensar que las cosas vienen dadas o que, porque algo no nos resulte fácil, sea imposible: el no ya lo tenemos y hay que ir a por el sí; eso sí, poniendo todo lo que podamos de nuestra parte.

Por otro lado, nos habla del valor de la amistad y de la cooperación y el trabajo en equipo como forma de conseguir objetivos. Milo por sí solo quizás no hubiera conseguido nada. Porque, de primeras, no es el típico lobo que sólo está con su manada: Milo es muy sociable y tiene muchos amigos; no sólo lobos sino animales de todas las especies y géneros, incluso algunos que, en teoría, sería sus víctimas potenciales. Son sus amigos, precisamente, los que siendo conscientes de que Milo lo está pasando mal, ponen todo de su parte para ayudarle. Trabajan en equipo para diseñar un plan de entrenamiento y también para llevarlo a término

Finalmente, también habla de las potencialidades de cada uno. Hay características que nos vienen "de serie". Por ejemplo, un oso es fuerte por naturaleza, una ardilla ágil y una liebre rápida. Y hay que potenciar esas habilidades pues, incluso, podremos alcanzar la excelencia. Lo cual, por supuesto, no quiere decir que haya que dejar de lado otros aspectos, que siempre se puedan mejorar.

En fin, como veis, un cuento al que se le puede sacar mucho jugo y con el que se pueden trabajar varios aspectos interesantes con nuestros peques. Pero, además, es un cuento divertido que da gusto leer y que puede gustar a cualquier pequeño lector. Las ilustraciones son muy coloridas y simpáticas y el texto es de fácil lectura.

Por si fuera poco, antes de comenzar el cuento tenemos una especie de guía que nos propone actividades con el mismo en plan contar el número de animales que hay en la primera ilustración, encontrar al lobo, etc.

En conclusión, una delicia de libro que no dudo en recomendaros