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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
17 January 2018
Que ganas tenía de volver a reencontrarme con esta colección de clásicos policíacos... y no en el sentido estricto de leerla, sino de disfrutarla. Comencé encantada con Un hombre muerto, después leí Muerte de un aviador que me gustó menos, después vino Misterio en blanco que directamente me aburrió a ratos... vamos, que la cosa iba cuesta abajo. Y sí, sé que voy al revés del mundo porque he ido leyendo reseñas y mi opinión sobre estos libros es inversamente proporcional a la de la mayoría, pero el caso es que si seguía con el orden decreciente, la cosa pintaba chunga... pero no, ¡aleluya!, he disfrutado un montón de Una dirección equivocada.

Vamos con la trama, que es más fácil de leer que de explicar y tampoco puedo entrar en muchos detalles.

La historia comienza cuando un oficial del FBI, amigo de Gamadge (detective aficionado), le entrega una bola de papel encontrada por un cartero ante la puerta de una casa. Esta bola de papel va dirigida a Gamadge pero está escrita en clave, aunque en ella se intuye que alguien pide ayuda. Alguien que tampoco se identifica, con lo que el primer paso de Gamadge es introducirse en la casa con cualquier pretexto e intentar averiguar quién necesita de sus servicios, por qué no puede pedirlos explícitamente o por qué no le visita sin más en su oficina. Así, sin saber quién es su cliente, Gamadge acude a la casa de los Fenway, familia de la alta sociedad neoyorquina en cuyo porche fue encontrada la bola de papel. Pero una vez allí no solo tiene que averiguar quién necesita ayuda, sino que se entera de que ha desaparecido una ilustración de un libro muy antiguo, ilustración muy importante para la familia porque escenifica una antigua casa familiar que ya no existe, y Gamadge se encuentra con un segundo caso que resolver dentro de la misma casa.

En este punto ya tiene dos jefes dentro del mismo hogar: uno identificado, Blake Fenway, el señor de la casa, que le pide que resuelva el caso de la ilustración, y uno no identificado entre el resto de los habitantes del hogar, y es aquí donde se complica la cosa porque hay mucha gente: la hija de Fenway, el pobre primo de Fenway, la inválida cuñada de Fenway, el enfermo sobrino de Fenway, la cuidadora de la cuñada que no se separa de ella, el cuidador del sobrino que no se separa de él, la sobrina de la cuidadora... Esa casa parece un hotel, toda la familia vive a costa de Blake Fenway, todos parecen llevarse bien y, aunque hay dos bandos diferenciados, reina la armonía... o algo así. El caso es que alguien teme por su vida, alguien que no tiene libertad para pedir ayuda... ¿están los casos de la bola de papel y de la ilustración desaparecida relacionados, o solo ha sido una extraña casualidad? ¿Qué puede temer alguien que vive con todo lujo y sin privaciones en una casa donde el dueño se desvive por todos ellos? ¿Para que querrá alguien la ilustración de una casa que hace años que fue demolida?

Como siempre pasa en este tipo de series en las que un mismo detective protagoniza varios libros, es muy importante precisamente eso, conocer al personaje principal que te traes entre manos. Henry Gamadge es escritor de novelas de misterio, esa es su profesión por la que además es bastante famoso, con la salvedad de que esta novela está ambientada en plena Segunda Guerra Mundial y se intuye que tiene algún cargo militar durante la contienda (esto no queda muy claro por algo que comentaré más abajo, pero tampoco es importante). Actúa como detective aficionado cuando algún amigo le pide que resuelva un caso, y eso se traduce en que ni siquiera cobra por sus investigaciones.

Es un bibliófilo de manual, coleccionista de primeras ediciones y amante de la literatura clásica (la contemporánea no le interesa nada en absoluto). Y le encantan los puzzles y los rompecabezas, lo dice un montón de veces: es la principal razón por la que tiene esta afición detectivesca. A mí me ha gustado mucho el personaje, no va de sobrado, acude a la policía cuando tiene que hacerlo, delega mucho en otras personas, y vamos, que no va de superhéroe ni de listo por la vida, como les pasa a otro tipo de detectives de la época.

El misterio en sí está llevado de manera magnífica, aunque viene el aviso de siempre: es un clásico policíaco escrito hace más de 70 años... que nadie espere acción trepidante y giros con triple salto mortal. Así se escribe ahora, antes no. Agatha Christie proclamó en su momento que Elizabeth Daly era su autora americana favorita y no es de extrañar, porque aunque está ambientado en Nueva York, es muy british absolutamente en todo. Además nos enteramos de algunas rutinas de la ciudad como consecuencia de la guerra, que aunque no tiene ninguna importancia en la trama, de una manera u otra sale a relucir de vez en cuando. Y sí, hay muertes. Unas cuantas, como está mandao. Admito, y es algo que me hace muy dichosa, que no he visto venir el final... o no de la manera en que finalmente se presenta (ni de lejos). Por mucho que me brillase una lucecita, es una lucecita de mil que componen el final y que además andaba un poco descarriada. Y que me pillen por sorpresa en este tipo de libros me encanta. Muy buen final (para mí... que luego lo leeréis vosotros y diréis que se ve venir desde la página 2. Da igual, yo no lo vi venir, dejadme ser feliz... jajaja).

La única pega que puedo poner no es a la novela en sí, sino a su publicación, porque no es la primera de la serie sobre Gamadge, sino la séptima (nada menos), y se siente sobre todo en cuanto a los personajes. Siendo Gamadge el protagonista principal, te haces un cuadro del personaje con algunos claroscuros en los que no se profundiza nada, aunque más o menos te sitúas... pero hay un par de personajes que entran en escena como Pedro por su casa y supuestamente tenemos que saber quiénes son porque no se molestan en explicar gran cosa (sobre todo en el caso de Arline)... pero no, claro, no lo sabemos porque es el primer libro que leemos (o podemos leer) en castellano sobre ellos. Que no es que moleste ni tiene nada que ver con la trama en sí (y a quien no sea tan tiquis como yo le dará igual), pero se nota que hay cosas que vienen de otros libros y no sabes de qué van.

Abreviando, que es gerundio, que decir más es meterme de lleno en la trama y va a ser que no. Una dirección equivocada me ha dado lo que buscaba desesperadamente en esta colección y había perdido: una buena historia, un buen misterio, un buen detective, unos buenos sospechosos, una buena resolución y mucho entretenimiento. ¡Por fin! Si tampoco pido tanto... palabrita de inquilina :)

Ya puedo afrontar con ánimos el siguiente de estos clásicos policíacos, que será El último caso de Philip Trent. ¡Cruzo los dedos!
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
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