La cabeza de todo hombre es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios. Sed profesores de cosas buenas; enseñad a las mujeres jóvenes a ser sobrias, a amar a sus maridos, a amar a sus hijos, a ser discretas, castas, cuidadosas en el hogar, obedientes de sus maridos.
|