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ISBN : 8467044012
464 páginas
Editorial: Austral (07/04/2015)

Calificación promedio : 4.02/5 (sobre 43 calificaciones)
Resumen:
Las Novelas ejemplares que presentamos en esta edición (Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera, La ilustre fregona, El casamiento engañoso y El coloquio de los perros) no solo son las más conocidas, sino que ofrecen un muestrario suficiente y representativo de los temas, motivos y valores que más apasionaron a Miguel de Cervantes, como la defensa de la justicia y de la libertad individual, el motivo de una realidad que dependerá siempre de la perspectiva, la... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (32) Ver más Añadir una crítica
Gww
 03 April 2024
Tras la lectura del Coloquio de los perros, he decidido dar el paso siguiente y completar el resto de las Novelas Ejemplares. Para ello, he empleado la edición en formato digital de la Biblioteca Nacional que retoma la versión de 1864, que a su vez reproduce la segunda impresión de 1614, salida de la misma imprenta que la edición príncipe del año anterior y las dos partes del Quijote y que viene acompañada de algún artículo interesante sobre la datación de cada novela, las diferencias entre las varias versiones de estos textos e incluye como capítulo separado el Viaje al Parnaso.



Comencemos por explicar que estas obras fueron escritas por Cervantes entre los años 1590 y 1612. Algunas de ellas fueron recopiladas en el conocido como manuscrito de Porras de la Cámara, por lo que presentan diferencias con las versiones finalmente impresas por Juan de la Cuesta. Otras novelas fueron empleadas como interludios en la primera parte del Quijote, siendo precisamente uno de los escasos motivos de crítica que esta obra suscita.



Lo cierto es que, al calor del éxito de esa primera parte, Cervantes, que ya casi había perdido la esperanza de ganar fama literaria, aprovecha para rescatar estos textos, adaptarlos, o incluso redactar alguno nuevo, y así mantener su prestigio a la espera de la publicación de la segunda parte del Quijote en la que ya estaba trabajando.



Así, la primera edición presenta doce novelas a las que la tradición añade una más, La tía fingida, aparecida en el citado manuscrito de Porras y que se atribuye, no sin discusión, a Cervantes.



El prólogo a las novelas nos ofrece varios aspectos de interés. El primero de ellos, pone de manifiesto el relativo aislamiento o la falta de reconocimiento de que era objeto el autor en su época, al menos frente a nombres más afamados. Así, Cervantes señala cómo en las introducciones a las obras, suele escribir algún literato sobre las glorias y méritos del texto en cuestión, pero faltando quien lo haga, se pone él mismo a la tarea. Seguidamente, nos ofrece un autorretrato mordaz: barbas ya canosas, dientes desparejados y en número de tan solo seis, nariz curvada, torpes andares, cargado de hombros, …todo un galán.



Pero tal vez, a los efectos que aquí nos importan, Cervantes nos habla orgulloso y sin mesura sobre la originalidad de este tipo de obras, de las cuáles existen tan solo traducciones de lenguas extranjeras, pero ninguna en castellano, siendo por tanto el primer autor que en nuestro idioma visita este género. Por otro lado, también se explaya en la justificación del término “ejemplares”, que atribuye a su intencionalidad moral, y a que de todas ellas puede sacarse su enseñanza y consejo. Claro nos queda que en aquellos tiempos el divertimento por sí mismo no estaba bien visto y que la gravedad o, cuando menos, la enseñanza moral, debían disfrazarlo convenientemente.



Podemos sostener que, al menos algunas de estas novelas tienen su origen primitivo en proyectos de comedias o entremeses, puesto que siguen normas de engaños, enredos, vueltas de tuerca, fingimientos y disfraces que tan comunes eran en el teatro de aquel tiempo. Pero también destaca en todas ellas la presencia de una idea del honor, entendido más como apariencia que como fundamento y sustancia, de modo que éste podía ser perdido mientras no fuera en público, y que podía recuperarse mediante la venganza o el escarnio notorio del ofendedor.



Y así, avanzamos por cada una de estas novelas, pudiendo encontrar numerosas similitudes e incluso repetición de argumentos manidos hasta la saciedad en la literatura universal, como en el caso de la Gitanilla, una obra en la que una hermosa gitana enamora a un noble que decide abandonar su alto estado y seguir a la grey vagabunda para probar su amor y ser aceptado por los gitanos, alcanzando así el amor de Preciosa. Oportunamente, se descubre finalmente y de modo casual que la niña no es gitana, sino hija de alta cuna, lo que permite recomponer la historia y facilitar un casamiento entre iguales.



Parecido es el final de la ilustre fregona, que también pasa por bella y discreta, pero que finalmente se rebela como hija de un caballero con abolengo. Porque en la España de este tiempo, la nobleza era un título que no se ganaba sino que se recibía en el nacimiento y todos los dones y atributos derivaban de él, sin que un humilde pudiera mejorar de estado.



Por ello, todas estas jóvenes nobles que no conocen serlo, muestran sin embargo tan altos atributos y tan grandes virtudes que terminan por enamorar a sus iguales, dando pie a que se descubra la verdad de su origen. Este juego de cambio de roles parece propio de nuestro Siglo de Oro ya que, por ejemplo, también es empleado como treta en El perro del hortelano de Lope de Vega, al simularse que Teodoro es hijo de un noble para así poder mejorar de status y ser aceptado finalmente como igual por parte de Diana, condesa de Belflor, dama principal que le ama pero cuyas dudas no logran ser vencidas de otra manera.



Como en los entremeses y comedias, los disfraces y equívocos son buena fuente de situaciones cómicas o paradójicas. En Las dos doncellas, dos jóvenes despechadas por la supuesta traición de su enamorado, toman ropas de varón para lanzarse en busca de ese hombre. Como no puede ser de otra manera, coinciden en el camino y terminan por conocer las desventuras de la otra. Pero, en general, en todas las novelas, nadie es quien dice ser y la mayoría actúan con engaño.



Tampoco Rinconete y Cortadillo escapa parcialmente de este esquema puesto que ambos son jóvenes que han dejado a sus familias acomodadas para recorrer el mundo y vivir sus propias aventuras en una Sevilla plagada de pícaros, ladrones y falsarios, en la misma medida que de funcionarios y mercaderes. Otro tanto sucede con los dos jóvenes que huyen de Burgos a la costa gaditana topándose en medio el camino con Costanza, la ilustre fregona.



Pero esos finales felices y ejemplares no terminan de borrar el paisaje descrito por un Cervantes que trata de disimular bajo su capa de moralista, la bellaquería de un tiempo que sabe reflejar con mano diestra en La tía fingida, una anciana que vive de vender la virginidad de sus pupilas repetidas veces, reconstruyéndola con sus falsas artes cuantas veces sea necesario. O en el caso de El casamiento engañoso, donde el alférez Capuzano se casa con quien cree ser dama distinguida y de posibles, cuando no es sino una criada putera y de la peor estofa, que termina por contagiarle sus enfermedades venéreas. Claro es que, aquí, no se termina de tener claro quién pretendía engañar a quién.



Y otro tanto podría decirse del escenario dibujado en El celoso extremeño, un indiano adinerado que regresa a España para casarse con una joven a la que aventaja en infinitos años y a la que, por celos, mantiene encerrada con una corte de servidoras en una especie de fortaleza de castidad en la que impide todo goce quien ya no tiene fuerzas para disfrutarlo. La verbosidad de Cervantes a la hora de describir las tretas de Loyola para forzar la entrada de ese santuario vestal o los calores sobrevenidos de esas vírgenes de un harén cristiano, dicen mucho sobre su conocimiento de la naturaleza humana, si bien haya de concluir con un final alegórico y moralizante.



Pero vayamos ya a las dos novelas más innovadoras o que de mayor interés me han resultado.



Rinconete y Cortadillo, única novela que conocía previamente gracias a la obligatoriedad de su lectura en mis tiempos escolares, representa, por contra, un mundo de pillos y holgazanes, una cofradía de bandidos y hampones bajo el mando de Monipodio, una especie de Padrino del Siglo de Oro, un jefe de cofrades del delito y la violencia, que tiene un libro de cuentas con todos los encargos recibidos para ajustar, marcar, golpear o lo que proceda a honrados ciudadanos a cambio de un precio.



Esta novela ofrece un fresco magnífico de un tiempo y una ciudad, Sevilla, en la que la gloria del Imperio y las riquezas de las Indias se desbordaban por sus muelles alcanzando a las clases más bajas tan solo mediante el latrocinio, ya que, de otro modo, quedaban excluidas del reparto. Se puede considerar como un personaje más de la novela a esta ciudad, un fondo sobre el que habitan nobles transidos de apariencias, de hermandades y pillos, pícaros y santos. Cervantes conocía bien todos esos ambientes, no en vano allí se encontraba la sede del Consejo de Indias, al que recurrió reiteradamente para tratar de alcanzar sin éxito un nombramiento, un cargo, para pasar a las Indias, si bien, afortunadamente para nuestras letras, nada consiguió obligándole, ya mayor, a volver a tratar de lograr fortuna con su pluma.



Rinconete y Cortadillo toma referencias del género picaresco y, en especial, del Guzmán de Alfarache. En sus páginas vemos el retrato de una sociedad que no acostumbra a aparecer en los relatos más ortodoxos de aquel tiempo pero que, sin duda existió. Cervantes describe a la sociedad de un país que dominaba el mundo cuando apenas podía gobernarse a sí mismo. Los rotos de esta sociedad caen a raudales por entre estas líneas y, sin duda, no había muchos más autores que pudieran tener el olfato para seguir esta pista y ser fieles a una realidad que otros se empeñaban en ocultar.



Pero más meritoria aún resulta El licenciado Vidriera. La historia es de fácil resumen. Un joven parece despertar de un sueño en una tierra que desconoce. Descubierto por dos mozos camino de Salamanca para cursar estudios, pasa a ser su ayuda de cámara, pero tan grande parece su inteligencia, que finalmente es admitido en la propia Universidad y alcanza preclaros conocimientos. Su fama crece, y la admiración que causa es grande, tanto en hombres como en mujeres. Y de aquí le llega la perdición. Una dama cae rendida de su sabiduría pero, debido a su carácter de medio bruja y encantadora, termina por hacerle un conjuro a través de un membrillo que le da a comer. Tras esto, nuestro licenciado enferma y apenas logra salvarse de la muerte. Sin embargo, escapa de ella pero con cierta perturbación mental que le hace creerse hecho de vidrio, temiendo por consiguiente, ser quebrado por cualquier golpe o roce fortuito. Se aleja de la gente, les ruega que no se acerquen, los chiquillos le persiguen y arrojan piedras sobre él sin la menor piedad por su mente, debido a que sus juicios resultan del agrado de todos por su buen tino, alcanza reconocimiento y respeto. Se trata de sanarle pero con escaso éxito, por lo que el ahora conocido como licenciado Vidriera vagará por las calles de Salamanca y recorrerá otras tantas ciudades exhibiendo su lamentable juicio que, sin embargo, tan solo parece nublado en lo que se refiere a su propia corporeidad, ya que comienza a expresar sentencias tan certeras, pensamientos tan profundos y sinceros, tan alejados de los que la prudencia debiera dictarle y por tanto, tan maravillosos y útiles a consideración de quienes le escuchan, que termina por convertirse en una especie de oráculo, de consejero para quien con él se cruce y desee lanzarle preguntas, consultarle futuros actos.



Allá donde acude es tenido por sabio y su fama se acrecienta hasta llegar a conocimiento de nobles patronos que le acogen y cuidan con esmero, no se sabe si por sus brillantes sentencias y prudencia o su por mera bufonería, que la intención de las clases altas nunca se sabe a qué fin para.









La elección del apodo con el que se conocerá a Tomás Rodaja no es casual y muestra una gran inteligencia por parte de Cervantes. El vidrio no solo destaca la fragilidad mental del protagonista, de cualquiera de nosotros, tan fácil de alterar mediante la adulación o el desprecio. Representa, por encima de todo, la transparencia del alma del Licenciado, quien revela cuanto piensa y cree, desnudándose ante los otros, ante los interrogadores, quienes le buscan como para oir lo que ellos no se atreven a expresar en voz alta.



Así, al igual que lo que ya vimos en El coloquio de los perros, en el que la condición animal, semi novelesca de los protagonistas, permitía la crítica social con garantías de impunidad, aquí la locura del licenciado abre una puerta similar por la que disparar contra la hipocresía de la sociedad, la tiranía de los poderosos, los vicios del clero o de los preocupados por el honor y la fama cuando tienen repleto de vergüenzas el trastero de su conciencia.



No deja de ser paradigmático que, una vez recuperado el seso, perdida la transparencia, pero conservado el buen tino de los comentarios, la fama del licenciado decaiga y no encuentre sino en las armas su destino. Como los vociferantes de nuestros días, parecemos más fácilmente impresionables por la extravagancia de los personajes que por su mensaje, más por lo fútil que por lo esencial y no es extraño que, como el licenciado Vidriera, también sintamos el impulso de abandono cuando nos comprendemos meros juguetes en manos de otros.



Vamos concluyendo ya estas breves ideas sobre estas novelas. La más breve de todas ellas es El casamiento engañoso, casi un prólogo o justificación de El coloquio de los perros. Ya hemos dicho que el alférez Campuzano cura las fiebres producidas por la sífilis en el Hospital de la Resurrección de Valladolid. Y allí, en la última noche de su penitencia, poseído por esas fiebres y casi nublada la conciencia, escucha el coloquio de ambos perros, Cipión y Berganza. Cuando sale del hospital, se encuentra con una antiguo compañero de armas al que narra su desventurado casamiento pero le asegura que aún más increíble es la historia que, de seguido, le va a contar, dando así comienzo al coloquio como obra autónoma. Sin embargo, al final de ésta, los canes se refieren al soldado enfebrecido, completando así una referencia circular, de increíble modernidad y, seguramente poco apreciada en su época, técnica narrativa.



La mayoría de las escenas de estas novelas tienen lugar en tabernas, posadas y ventas, en polvorientos caminos, seguramente los mismos por lo que penó Cervantes cuando sirvió al Rey como comisario de abastos. Y los personajes, sin duda, salieron de lo que iba conociendo en sus paradas, en aquellos cruces de caminos, incluso en los calabozos que pisó con más frecuencia de la que le gustaría. Porque podemos creer que, en las partes más verídicas y realistas de estas novelas, Cervantes poco imaginaba, tan solo vertía en papel y palabras lo que había visto y oído. Y es ésta la fuerza que aún conservan sus obras, el no ser paridas de la imaginación sino de una vida que conoció muchas de las miserias y tristezas que narraba.



Es conocida la anécdota que cuenta cómo una embajada de unos franceses, en visita por la capital de España cuando la fama del Quijote ya había cruzado fronteras, solicitó visitar al afamado escritor. A la vista de la condición humilde de éste, se mostraron inicialmente extrañados de que el Estado no le sufragara gastos y estipendios, pero pronto dijeron que si la pobreza le había hecho escribir obras como el Quijote, mejor sería que en pobreza siguiera.



Y es así como llegamos al final. Las Novelas Ejemplares son un disfrute para quien quiera tomarse el esfuerzo de parar de vez en cuando y repasar una frase, un párrafo entero. Para comprender cómo con pocas ideas puede hacerse una referencia a varios conceptos, para ver cómo nacieron expresiones que hoy usamos de continuo o para conocer otras que ya desaparecieron. Para ponderar que la España de aquellos años no se aleja mucho de los nuestros en más aspectos de los que querríamos admitir, para comprender que los mejores autores son quienes saben reflejar su tiempo pero tomando de él lo que de esencial tienen, de modo que el futuro también pueda verse reflejado en el mismo.






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RocioPV
 22 April 2024
Aunque las novelas ejemplares de Cervantes no me han enganchado tanto como "Don Quijote" en su momento, siempre me gusta explorar su obra. Esta vez, me he metido de lleno en las primeras cuatro novelas ejemplares que vienen en la edición de Cátedra que tengo.
Aunque estas novelas no me han llegado tanto, sigo valorando la creatividad del autor. Las primeras cuatro que leí, como "La española inglesa", tienen historias intrigantes y personajes vivos que han enriquecido mi experiencia como lectora.
De cara al futuro, pienso seguir explorando las novelas ejemplares de Cervantes. Todavía me quedan ocho por descubrir, y estoy segura de que encontraré más joyas que me harán disfrutar y reflexionar sobre la habilidad de Cervantes para contar historias.

La gitanilla” (4/5):
«Los montes nos ofrecen leña de balde; los árboles, frutas; las viñas, uvas; las huertas, hortaliza; las fuentes, agua; los ríos, peces y los vedados, caza; sombra, las peñas; aire fresco, las quiebras; y casas, las cuevas»
Esta novela ejemplar es una obra que combina la vida gitana con la nobleza en una trama llena de acción y picaresca. Destaca la protagonista, Preciosa, una gitana encantadora que cautiva a un joven noble, desafiando las convenciones sociales. A medida que avanza la historia, se desenmascaran los prejuicios étnicos de la época en una trama intrigante y mordaz. Su frescura y vitalidad la hacen una lectura agradable y entretenida.

“El amante liberal” (2/5):
«Yo, señores, con el deseo que tengo de hacer bien, no he mirado lo que he dicho, porque no es posible que nadie pueda demostrarse liberal de lo ajeno: ¿qué jurisdicción tengo yo en Leonisa para darla a otro? O ¿cómo puedo ofrecer lo que está tan lejos de ser mío? »
A pesar de estar imbuida con el estilo inconfundible de Cervantes, esta novela me dejó un tanto indiferente. La historia sigue a Ricardo y Leonisa, dos jóvenes sicilianos de Trápana, que son capturados por corsarios turcos en un ataque sorpresa. A lo largo de la trama, ambos luchan por recuperar su libertad enfrentándose a diversos desafíos, como el naufragio del barco de Leonisa, su cautiverio, enredos amorosos y el enfrentamiento final con las galeotas turcas. Aunque esta novela exhibe la audacia narrativa de Cervantes y su habilidad para desafiar las convenciones literarias de su tiempo, su enfoque en el melodrama amoroso puede resultar tedioso para algunos lectores. Aunque se plantea la interesante dicotomía entre el amor virtuoso y el amor vicioso, la ejecución se torna tediosa en algunos momentos, dificultando el compromiso del lector con la historia.

“Riconete y Cortadillo” (3/5):
«Y, porque sé que me han de preguntar algunos vocablos de los que he dicho, quiero curarme en salud y decírselo antes que me lo pregunten. Sepan voacedes que cuatrero es ladrón de bestias; ansia es el tormento; rosnos, los asnos, hablando con perdón; primer desconcierto es las primeras vueltas de cordel que da el verdugo»
Esta novela, aunque graciosa, parece no haber dejado una impresión duradera. Cervantes nos lleva al submundo del hampa en Sevilla, donde conocemos a dos jóvenes ladrones, Riconete y Cortadillo, que se ven envueltos en todo tipo de situaciones cómicas y absurdas. A través de sus peripecias y encuentros con personajes pintorescos, Cervantes ofrece una visión satírica de la sociedad de su tiempo. Si bien la narrativa es ágil y entretenida, la falta de profundidad en el desarrollo de los personajes y la trama limita su impacto emocional y reflexivo.

La española inglesa” (4,5/5):
«Corrió el tiempo, y no con la ligereza que él quisiera: que los que viven con esperanzas de promesas venideras siempre imaginan que no vuela el tiempo, sino que anda sobre los pies de la pereza misma»
De las cuatro novelas ejemplares que he leído, esta es la que más me ha gustado. Se trata de una intrigante historia que se desarrolla en el contexto del saqueo de Cádiz de 1596. La trama sigue el romance clandestino entre Isabela, una española criada en Inglaterra, y Ricaredo, un noble inglés. Con elementos propios de un cuento, como pruebas de valor impuestas por la reina Isabel I, la historia teje una trama emocionante de amor y aventura. Cervantes muestra su maestría al adaptar la novela bizantina a sus propios intereses, creando personajes memorables y una narrativa cautivadora que perdura a lo largo del tiempo.
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Jomarse_23
 28 May 2020
Difícil hacer una crítica cuando no hay nada que criticar. Esto sucede cuando has leído: La ilustre fregona, Rinconete y Cortadillo y El licenciado Vidriera, de Miguel de Cervantes. Se puede pensar a priori que son pequeños relatos, divertidos y que no van más allá de historias curiosas y amenas, pero la realidad es muy distinta.
Miguel de Cervantes ha conseguido concentrar en poco espacio multitud de "riquezas lectoras". Son tres relatos independientes, pero que guardan muchas similitudes. En La ilustre fregona, conocemos a Diego y Tomás, hijos de caballeros que deciden dedicarse a ser pícaros y por el camino conocen a Constanza, la ilustre fregona, cuya belleza los cautiva. En Rinconete y Cortadillo, tenemos a los típicos pícaros, los cuales, entran a formar parte de la cofradía de ladrones del señor Monopodio y en El licenciado Vidriera, conocemos a Tomás, un licenciado muy inteligente que a pesar de llegar a la locura y creerse que está hecho de vidrio, no pierde su inteligencia.
Estos son los títulos que marcan los argumentos principales pero a su alrededor, la madeja entremezcla más aspectos. Si vamos estirando, descubrimos que hay multitud de coincidencias entre las tres historias: referencias al mundo picaresco (la vida de los pícaros, sus engaños, habilidades...), lugares comunes como Salamanca, Valladolid, Toledo, Sevilla, Burgos..., el aspecto religioso (rezar, ir al cielo, referencias a palabras de Jesús...), los soldados y la guerra (Flandes, costa africana, galeras en el Guadalquivir...), la locura del Licenciado, que nos puede recordar a la del Quijote, los estudios y la cultura e incluso los personajes. En este sentido, además de los principales de cada historia, aparecen otros muchos que se repiten y nos dan una idea de cómo era esa época, cómo se vivía, la sociedad, sus actividades... Entre ellos destacan: pícaros, señores, criados, amos, caballeros, aguadores, posaderos, mozos, ladrones, alguaciles, corregidores, damas... Y a la vez, de esta gran variedad temática y de aspectos, aparece también una oposición, pues se puede entresacar un fondo crítico a todo lo relacionado con las artimañas (hechizos, por ejemplo, en el caso del licenciado Vidriera), a la vida de las mujeres que trabajaban en la calle (en Rinconete y Cortadillo) o a la ignorancia (cuando El licenciado Vidriera se refiere a la Corte que alimenta a truhanes y desprecia a los cultos). En el lado opuesto a estas críticas, está la importancia que Miguel de Cervantes les da a ciertos temas, que se repiten en distintas ocasiones, como es el caso de la honra (que se cuestiona en La ilustre fregona), la importancia de los estudios y como muchos de los personajes visitan centros culturales en ese momento, como Salamanca o Valladolid y la cultura frente a la ignorancia (en El licenciado Vidriera).
Pero si hay algo que está muy por encima y que destaca , es el lenguaje. Ágil, ameno, culto pero a la vez lleno de matices que se adaptan a cada personaje y su clase. Mezcla de prosa y diálogos divertidos, elocuentes... y alguna copla y canción típica de la época y cómo no, los juegos de palabras, las frases originales, las enseñanzas y todo combinado como si fuese sencillo hacerlo. Todo esto, hace que otros elementos pasen a segundo lugar, como es el caso de los finales de estas tres historias: uno previsible y feliz, otro con final abierto y pendiente de continuación y otro desesperanzador, pero que no deja de ser algo importante, si consideramos que están escritas hace más de cuatro siglos y que suponen una novedad y un adelanto a su época y a pesar del paso del tiempo, siguen siendo divertidas, amenas, originales..., lo que contribuye a que su lectura resulte atractiva, enganche, nos abra los ojos a otra época y otra forma de escribir. Por eso, considero que su lectura te puede aportar muchos beneficios, pues encontrarás muchos aspectos que te llamarán la atención. Particularmente, creo que los nombres elegidos para los relatos, así como los referidos a Rinconete y Cortadillo y otros apodos, son muy acertados y atractivos, al igual que la lista de agravios y cuchilladas que aparece en la cofradía del Monopodio, que le dan un toque divertido, sin olvidar las respuestas ingeniosas, los juegos de palabras y las enseñanzas del licenciado Vidriera ("Duerme que todo el tiempo que durmieres serás igual al que envidias", "Los buenos artistas imitan la naturaleza, los malos, la vomitan").
En definitiva, a pesar de ser una lectura adaptada de la original, no cabe duda de su maestría y por tanto, es difícil encontrar un "pero", pues la maestría no se puede discutir.

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antoniorodriguez
 10 May 2020
Este libro lo recomiendo mucho porque habla de las críticas, opiniones y burlarse de ciertos aspectos sociales de la España del siglo XVI. de la trama del amor imposible que logra llegar a manos de la riqueza y la vida pícara honesta. Y con todo lo que enseña puedes reflexionar mucho como que el amor no entiende de dinero, ni de clases sociales, etc. Como esta reflexión se pueden hacer muchas más reflexiones.


LA ILUSTRE FREGONA.
Carriazo y Avendaño, de nobles familias burgalesas, desean ir a los bajos fondos en busca de aventuras. Para ello, preparan un plan para los padres de los dos, que es simular deseos de estudiar en Salamanca.
En Toledo, donde llegan los protagonistas, se comenta la belleza de Constanza, y Avendaño decide no irse de la ciudad sin verla. Por un lado, los amores de Avendaño por Constanza y por otro la picaresca vida toledana de Carriazo, son la trama fundamental de la obra.
Al final de la novela, los dos jóvenes se casan con mujeres de su propio nivel social: Carriazo con la hija del Corregidor de Toledo y Avendaño con Constanza, la Ilustre Fregona.

RINCONETE Y CORTADILLO.
En una venta se encuentran dos muchachos que han escapado de sus casas. Después de resaltarse su aspecto desarrapado y de que ambos golfos se cuenten brevemente sus vidas, se unen en su profesión de ladrones. Tras desplumar a un arriero jugando a cartas emprenden la marcha hacia Sevilla con unos viajeros. Allí desempeñan en un principio la tarea de porteadores de mercancías. Mientras Cortadillo está robando a un estudiante, un mozo le ve y advierte a ambos muchachos que no se puede robar por libre sino que deben presentarse a la cofradía de Monipodio. El mozo les pone al corriente de los usos y costumbres de la organización en donde son admitidos mediante un examen. Durante el resto del relato son espectadores del mundo extra social de ladrones, delincuentes, golfos, rufianes y matones que dirigidos por Monipodio constituyen la comunidad del hampa sevillana, consentida y fomentada por una sociedad corrompida.

EL LICENCIADO VIDRIERA.
Mientras se paseaban dos caballeros por las riberas de Tormes, se encontraron durmiendo debajo de un árbol a un muchacho, este muchacho les dijo que iba de camino a Salamanca a buscar a un amo a quien servir, los dos caballeros se intrigaron con él, lo recibieron y lo llevaron consigo dándole estudios ya que esa era la principal razón del muchacho de viajar a Salamanca, ya que la universidad de ellos daba estudios a sus criados esto les pareció bien. Sucedió que sus amos acabaron sus estudios y se fueron a Andalucía llevando consigo a Tomás, pero a él le molestaba no poder estudiar, pidió a sus amos licencia para volver a Salamanca y ellos después de pensarlo se lo dieron. En su camino de regreso a Salamanca se encontró con un capitán de infantería, Don Diego de Valdivia se llamaba, después de conversar y dar muestras de su ingenio al capitán, éste le dijo que lo acompañara por sus viajes, después de pensarlo Tomás aceptó.Se ese modo estuvo junto a la infantería algunos meses antes de volver a Salamanca,cuando estuvo de regreso en su ciudad, conoció a una dama que se enamoró de él, pero debido a que Tomás estaba muy centrado en sus estudios no tomó en cuenta a ella, la mujer al sentirse despreciada acudió a ser aconsejada de una morisca, que le dio un membrillo toledano para dárselo a Tomás que servir"a como un hechizo, esto haría que él se enamorase de ella, aquello tuvo el efecto contrario porque le causó locura. Fue así durante dos años hasta que un religioso de la orden de Jerónimo logró curarlo, dejando de ser escuchado por las personas al ya no ser un loco, fue a Flandes, donde cambió su vida de letras, por una vida de armas junto a su amigo el Capitán Valdivia.
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SantiDelRod
 22 May 2023
De las doce novelas ejemplares que escribió Cervantes, esta obra recopila cinco (a pesar de decir cuatro) de esas novelas. Todas abarcan ciertos temas que podían servir de provecho para la moral de la época, incluso hay cosas que podrían servir aún en nuestra época, razón por la cual, a pesar de no ser Don Quijote, siento que alcanzan su estatus de clásicos, aunque claro, vale la pena acotar que no todas son tan buenas, como la de "Vidriera", cuyo contenido puede llegar a ser bastante tedioso por momentos.
Hablando de ellas propiamente: fueron escritas entre los años 1605 y 1615, en ese largo intermedio entre ambas partes del Quijote. En estas novelas Cervantes realiza una crítica descarnada a todos los miembros de la sociedad, desde los campesinos, los gitanos y los ladrones; hasta a los nobles, los alguaciles y los burgueses. Hace una breve reseña por cada una de las cinco novelas que aparecen para mostrar mi punto:

1. La gitanilla: En esta obra, Cervantes hace una revitalización del género pastoril a la par que comenta ciertas costumbres de los gitanos, nos comenta su código moral, su modo de actuar y nos enseña a no juzgarlos a todos en general. Si bien juega con la mala fama de ladrones y embusteros que tienen, no por ello los deshumaniza, antes bien, los dota de una sentido de compañerismo y lealtad que incluso el cristiano más cristiano podría envidiar. Esta obra rescata la tradición gitana española les da un papel en la literatura que pocas veces había tenido: el de ser humanos capaces ser virtuosos, incluso cuando la sociedad los menosprecie. Aunado a eso, la historia de amor entre Preciosa y Andrés sigue, hasta cierto punto, las bases de la poética aristotélica, logrando de esta manera hacer que la novela sea una de las primeras obras renacentistas de la época.

2. El Licenciado Vidriera: Un estudiante, después de viajar por grandes partes de Europa y graduarse en derecho, queda mentalmente inestable debido a una poción de amor mal ejecutada, esto le hace creer que esta hecho de vidrio (delirio de cristal), razón por la cual le llaman Licenciado Vidriera. Dentro de esta locura, el Licenciado se convierte en una especie de Diógenes, pues critica y humilla, con su inteligencia, a todos quienes tratan de burlarse de él y les da recomendaciones para el buen vivir en la sociedad.

3. Rinconete y Cortadillo: Novela que tiene como protagonistas a dos jóvenes ladrones de poca monta cuyas travesías los llevan a Sevilla, ciudad donde habita una suerte de gremio de ladrones. Después de ser descubiertos por un miembro del gremio, les presenta a Monipodio, el líder de los ladrones. Éste, al ver las aptitudes de ambos, decide iniciarlos con un banquete, banquete a donde acuden ladrones, espías, furcias y demás gente. Es en este lugar contexto donde Rinconete y Cortadillo descubren la hipocresía y corrupción de los funcionarios públicos de la sociedad.

4. El casamiento Engañoso: En esta pequeña obra, es menester aclarar que Cervantes saca su lado más machista y juzga a cierta clase de mujeres que engañan a su pareja para casarse con ellos, llevarse su dinero y contagiarlos con enfermedades venéreas. Su ejemplo es no dejarse enredar por cuestiones amorosas de manera rápida y tomarse el tiempo de realmente conocer a la persona con quienes salimos.

5. El coloquio de los perros: Introducida dentro de la anterior novela (metaliteratura), esta obra puede considerarse como el intento de novela picaresca de Cervantes, pues utiliza a dos perros hijos de una bruja que pueden hablar por las noches. Dentro de esta conversación Cervantes aprovecha, al igual que el autor de Lazarillo, de mostrar la cara oculta de personas como carniceros, mesoneros, frailes, pastores y soldados. La crítica a la hipocresía no es baja, antes bien, satiriza a todos, y de no ser porque sólo uno de los canes cuenta su historia, lo más probable es que Cervantes se hubiera metido hasta con el rey... es una peca que las restricciones de su época hayan cerrado la boca de este Juvenal español, peor bueno, España ya tenía a Quevedo para eso.

En conclusión, leer estas novelas fue una experiencia muy interesante, pues conocer un poco más de esa España que entraba en decadencia es catártico, es ver ese imperio desmoronándose poco a poco y que pronto le abriría sus puertas al claroscuro del Barroco.
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Citas y frases (5) Añadir cita
RocioPVRocioPV21 April 2024
Corrió el tiempo, y no con la ligereza que él quisiera: que los que viven con esperanzas de promesas venideras siempre imaginan que no vuela el tiempo, sino que anda sobre los pies de la pereza misma.
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Daniel7Daniel701 March 2020
—Pues de aquí adelante —respondió Monipodio— quiero y es mi voluntad que vos, Rincón, os llaméis Rinconete, y vos, Cortado, Cortadillo, que son nombres que asientan como de molde a vuestra edad y a nuestras ordenanzas.
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Daniel7Daniel717 March 2020
La sabiduría en el pobre está asombrada; que la necesidad y miseria son las sombras y nubes que la escurecen, y si acaso se descubre, la juzgan por tontedad y la tratan con menosprecio.
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GalenaGalena18 December 2017
La poesía es una bellísima doncella, casta, honesta, discreta, aguda, retirada, y que se contiene en los límites de la discreción más alta. Es amiga de la soledad, las fuentes la entretienen, los prados la consuelan, los árboles la desenojan, las flores la alegran, y, finalmente, deleita y enseña a cuantos con ella comunican.
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GalenaGalena18 December 2017
La intención de sus abuelos era hacerle virtuoso y sabio, ya que no le podían hacer rico; como si la sabiduría y la virtud no fuesen las riquezas sobre quien no tienen jurisdición los ladrones, ni la que llaman Fortuna.
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Juan Gabriel Vásquez refiere una circunstancia que pudo haber impedido que Miguel de Cervantes escriba el Quijote. #libros #lecturas #literatura #donquijote
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