No nací en cuna de oro, aunque crecí como si lo hubiese hecho. Adoptada por una de las familias con apellidos más resonantes de la zona, nunca se esperó menos que perfección de mi parte. Y el agradecimiento y amor hacia mi padre me llevaron a cometer el más grande error de mi vida. En algún momento, el camino empezó a tornarse negro y lo perfecto se convirtió en un infierno.
Puede que ahora el diablo ya no ronde los alre... >Voir plus