El señor Bueso no tiene complejos. Es crudo y descarnado en exceso, no parece preocuparse mucho de la 'credibilidad' de los argumentos de sus obras y me engancha más que una droga dura. Después de leer cuatro novelas suyas puedo asegurar que sería capaz de conseguir atraerme-repelerme incluso con su lista de la compra. Necesito más Emilio Bueso (o terapia).
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