Un lord irresponsable, de Christine Cross, es la tercera novela de los Marston en la que Edward recibe, por sorpresa, una herencia de una pariente más o menos lejana aunque, para ello, debe cumplir una serie de condiciones que al vizconde no le resultarán nada, pero nada fáciles, acostumbrado como está a vivir en Londres sin la menor de las preocupaciones. La protagonista femenina, Lady Sara, ha padecido el rechazo, las burlas, los golpes… desde niña y, de pronto, ve cómo —tras la muerte de su protectora, que la trató siempre como si fuera su propia hija— su cuidado pasa a manos de un completo desconocido. Sin embargo, su tutor no es ningún anciano, como ella imagina, sino un hombre joven e increíblemente atractivo: el mismísimo Edward Marston. De las tres primeras novelas, Un lord irresponsable es la que más me ha hecho sufrir porque no imaginé que el simpático Edward fuera tan sensible, dulce, inseguro, y… burro, ja, ja. Es que, en determinados aspectos, su inocencia es tal que resulta casi desesperante (madre mía, ¡la de collejas que yo le soltaría a veces!) y Christine Cross nos tiene en ascuas y con el corazón encogido por cómo les irá a Sara y a él. Como es habitual en la autora, el libro se desarrolla con el ritmo justo para introducirnos poco a poco en el universo de sus personajes. Si bien, en este caso, la narración nos traslada también al encorsetado ambiente rural donde Sara ha vivido hasta ahora. Me han gustado mucho la pareja de los protagonistas, por supuesto, y el bonito contraste que hay entre ellos en muchos sentidos (por ejemplo, en la vulnerabilidad y, al mismo tiempo, enorme fortaleza que trasmite Sara) y, cómo no, los secundarios que les acompañan, entre los que es forzoso mencionar a un Duque de lo más singular (Lo siento, Charles, pero no eres tú, je, je) y a Lady Margaret porque es única. La trama me ha parecido de lo más acertada —con sus pequeños toques de humor, leyenda y maldiciones incluidas—, en la que Christine Cross se mueve como pez en el agua para crear una historia romántica, dinámica y atractiva, digna de su pluma y de la familia Marston. ¡Bravo! + Leer más |
Lady Arabella Marston se encuentra ya en su tercera temporada y sigue soltera y sin compromiso, aunque no le importa demasiado. Su verdadera pasión es la pintura.
Dispuesta a demostrar que puede ser algo más que una dama, decide presentar su obra, La ninfa del agua, a la primera exposición de verano que tendrá lugar en la Real Academia de Artes de Londres.
Cuando Arabella descubra que le han robado el cuadro, no tendrá más remedio que pedir su ayuda al conde Alexander Harvey, Lord Thornway; un hombre apuesto y recién llegado de Europa, al que no dudará en catalogar como libertino. Sin embargo, pronto descubrirá que su superficialidad esconde un corazón atormentado por el pasado.
La atracción que siente por él, hará que surjan en Arabella muchas dudas. ¿Deberá renunciar a sus sueños y a su pasión por la pintura para escoger el amor?
Solo cuando alguien intente acabar con su vida, comprenderá qué es lo esencial para su corazón.