Una chica de asfalto

Lo bueno de haber leído varios libros de un autor es notar su evolución de una novela a otra y eso es lo que me ha pasado a mí con Carla Crespo. Me alegro mucho por ella, como escritora, y por nosotros, como lectores, ya que es una magnífica señal ver cómo ha mejorado con sus historias más recientes.
En Una chica de asfalto nos traslada de Valencia a Navarra con una protagonista, urbanita donde las haya, a la que sus jefes destinan al norte del país para que ocupe el puesto de subdirectora de la única sucursal bancaria de un pequeño pueblo rural. El contraste entre ella y sus vecinos, encabezados por su propio casero, son tales que la diversión está asegurada.
Esta es una novela no muy extensa, de lectura ágil y entretenida, llena de giros que sorprenderán a más de uno, con unos secundarios la mar de peculiares y que te deja con la miel en los labios tras conocer a cierto hombretón del norte con el que a mí, desde luego, no me importaría perderme, je, je.