Las madres secretas

El instinto maternal se considera como un impulso innato en las madres que se despierta cuando tienen descendencia o cuando ven a un infante desvalido al que ellas pueden proteger. Cuidar de alguien que acaba de nacer alimenta esta llama que arde en algunos seres vivos. La exploración de cómo algunas mujeres y hembras de especies animales experimentan este instinto supone una de las miradas hacia la maternidad que puebla los relatos de esta obra. Cuentos como «Gamunia», «El instinto», «Cadena de ave» o «Las gestantes» ahondan en las manifestaciones del instinto maternal a la vez que incide en lo que una madre está dispuesta a hacer por el bien de sus pequeños.

No todas las mujeres sienten la llamada del instinto maternal. Aman a sus hijos, cuidan de ellos, cumplen con el rol que se les ha asignado como madres y, sin embargo, se ven abrumadas al tener que ser el timón de la familia, renunciando a sus sueños, aspiraciones y descansos en la rutina diaria. Absorberse por completo por la crianza de los hijos sin ayuda del padre u otras personas, desemboca en un hartazgo de esta nueva condición. Este rechazo hacia el ser madre las veinticuatro horas se refleja en «Gemelos», «La caja de Pandora» y «El baño». Las madres de estos textos sacrifican una parte de ellas para ejercer la maternidad. al negar una parte de ellas, como ocurre contundentemente en el segundo de estas historias, la mente y el cuerpo desfallecen. No todo el mundo debe de cuidar de sus hijos como actividad única en su vida para definirse como persona, ya que al hacerlo puede llegar a los extremos del primero de estos tres cuentos en los que la protagonista ahoga a uno de sus hijos con tal de aliviar un poco su día a día. Crespo con cada palabra, frase y párrafo logra transmitir la ansiedad y el dolor de estas madres desde una mirada donde la cotidianeidad reina en cada escena. Esta escenificación invita a la empatía con los personajes.

La gestación de una nueva vida resulta una serie de cambios en el cuerpo femenino que se va transformando para nutrir al bebé durante y después del embarazo. En algunas de las ficciones breves de este compendio de cuentos la autora añade a este proceso la metamorfosis en el cuerpo de las madres que las convierte en mucho más que humanas. Estas mutaciones mezclan la esencia de otro animal o la de una planta con la del propio ser humano. La descripción de la conversión es inquietante a la vez que bella. A modo de ejemplo, destacan los relatos «Cadena de ave» y «Mujeres hombres enredaderas». En el primero una mujer con alas incuba un huevo que heredará la voluntad de su madre mientras que el segundo muestra la transformación de la voz narrativa en una mujer arbórea que recuerda fugazmente a la metamorfosis de la ninfa Dafne en la mitología griega. En ambos casos florece el amor de madre y este se narra unido a la condición fantástica de estas mujeres. Con estos personajes, probablemente, se quiera recalcar que la maternidad está presente en todos los seres vivos que engendran descendencia a la que cuidan cueste lo que cueste.

Las madres secretas compila quince historias sobre la maternidad en escenas cotidianas o fantásticas que presentan distintas formas de entender el cuidado de los hijos. Con una prosa que se detiene en las pequeñeces de la rutina diaria, Crespo consigue que nos sumerjamos en el corazón de madres que aman o rechazan a sus pequeños.
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