El show de las marionetas

El populismo y las noticias falsas habían convertido la mitad de la población en gnomos estúpidos

Poe sabía que había momentos en los que lo mejor era dar un paso atrás. También sabía que a veces era incluso mejor callarse.

-Incomprendido por sus compañeros, ignorado por sus superiores, infravalorado por el resto del mundo; damas y caballeros, les presento al gran Washington Poe.

Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada

Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada.

Y, por extraño que pareciera, trabajaban bien juntos. Suele pasar entre los inadaptados.

Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada

Algunas veces, la mente de Poe permanecía quieta y enroscada, procesando información a su ritmo, pero otras era capaz de dar inmensos saltos intuitivos. una sospecha terrible y a medio hacer crecía en la boca de su estómago y empezaba a roer y a roer...

Sabía que algunas personas creían que su fama de seguir las pistas hasta donde quiera que le condujeran provenía de algún sentimiento de superioridad, como si tuviese una vocación y una visión más pura de la verdad, inaccesible a otros policías inferiores. En realidad, era bastante más sencillo: cuando creía que tenía razón, ese elemento autodestructivo de su personalidad se apoderaba de él. A menudo, dejaba que el demonio que llevaba dentro sin pusiera al angelito.

Lo único en lo que coincidían los estudiosos era que, en toda la historia de los círculos de piedra, jamás se habían utilizado para hacer sacrificios rituales.
Evidentemente, pensó Poe, la historia de mañana se escribe hoy...