La comedia del arte

La Comedia del Arte (1995) es una novela corta de apenas 154 paginas, fácil de leer, pero difícil de ahondar porque tiene mensajes subliminales y alusiones diversas que necesitan cierta compenetración en la psiquis del autor. Porque el autor y el personaje principal llamado Camondo se confunden un poco: ambos son pintores desencantados en búsqueda permanente de cierta perfección, siempre al acecho e hipersensibles como todo artista. Es una metanovela con pasarelas hacia varios derroteros y no siempre de alcance fácil.

Desde un comienzo Adolfo Couve interpela al lector anunciando que se trata de una novela fallida porque es la tercera tentativa de escritura. Y el resultado es ambiguo porque mezcla la ficción con probables retazos autobiográficos. El estilo es muy brillante: capítulos breves, precisión extrema en la descripción de los lugares (con una verdadera mirada de pintor detallista), un lugar cerrado (Cartagena, balneario donde vivió Couve hasta el final de su vida), historias delirantes con personajes esperpénticos.

Los personajes principales son dos: el pintor Camondo y su modelo Marieta instalados en el balneario chileno de Cartagena en la zona central. Camondo es un pintor realista y Marieta su modelo y amante desde hace tiempo. Camondo parte cada día con su caballete, mira el mar durante horas, pinta y transfigura sus obsesiones. Marieta, muy desmejorada lo va a traicionar malamente con un fotógrafo, personaje que representa el cambio y la modernidad.

Hay una excelente descripción de personajes secundarios como las veteranas que vegetan en la pensión donde se aloja la pareja y también de costumbres locales como por ejemplo la fabricación del dulce de membrillo. Y de pronto, en pleno relato pedestre saltamos con una invocación de los dioses del Olimpo, esto resulta de lo más anacrónico como resulta grotesco imaginar a Marieta pelando frijoles en el casco de Afrodita…
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