Hace unas semanas acudí a una de las firmas de Ledicia Costas en la Feria del Libro para firmar su última novela, “Piel de cordero” (la cual no he leído aún pero a lo que espero poner solución muy pronto). Ese día hacía un poco de fresquete y la casualidad quiso que llevase puesto una cazadora llena de parches, chapas y pins de unicornios, arcoíris, perritos, flamencos, Hello Kitty, ET… y hasta de las niñas de “El resplandor” (aunque esta última quizá se va un poco de tema 😅). En resumen, que llevaba encima todos los colores habidos y por haber. Mi discreto atuendo (☺) dio pie a una conversación acerca de la necesidad de poner color a un mundo ya de por sí demasiado gris. Y justo un par de días después recibí un ejemplar de “Siete dientes de león”, una preciosa historia escrita por Ledicia Costas e ilustrada por David Sierra que habla de cómo se formó el arcoíris. Imagina un mundo en el que todo sea monocromo de forma que parezca que estás viviendo dentro de una película en blanco y negro. Todo sería triste, sombrío y, sobre todo, muy aburrido. Eso es lo que le ocurre a Iris, una vieja gris, que vive en una casa gris en la espesura de un bosque gris. Una noche soñó con un color y por la mañana encontró en su almohada un diente de león que no era gris. A la noche siguiente soñó con otro color, y la segunda mañana encontró otro diente de león. Así hasta siete noches, pero el mundo seguía siendo gris. Iris deberá encontrar la forma de hacer que esos dientes de león den color al mundo. Historia muy corta pero que encierra un mensaje muy bonito, no solo para esos pequeños lectores a los que va dirigido el libro, sino para el mundo en general. Los colores hacen que las cosas sean mucho más diversas e interesantes. En un mundo que tiende a volverse cada vez más gris y menos colorido, debemos hacer todo aquello que esté en nuestra mano para evitar volver a la monotonía y oscuridad del gris para lograr un mundo vibrante lleno de luz y color. Las ilustraciones que acompañan la historia tienen el regusto de las ilustraciones de cuentos clásicos pero con un toque de modernidad. El gris de las primeras ilustraciones se va transformado poco a poco, gracias a pequeños toques de color, en un mundo maravilloso en el que la oscuridad no tiene cabida. El estilo de las ilustraciones además resulta de lo más acogedor y reconfortante. Historia amable y sencilla que encierra un potente mensaje, perfecta para los pequeños de la casa y los no tan pequeños. + Leer más |