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La expresión “pasaje al acto” hace referencia a las «acciones que pretenden producir un corte en lo real allí donde no operó un corte en lo simbólico», se trataría de actos impulsivos, generalmente violentos. En “Pasaje al acto”, de Virginia Cosin, esta definición nos remite a la protagonista de esta historia y su situación. Con una prosa bastante fluida, ágil y ligera dentro de su intensidad, bella, intimista y conmovedora, la autora nos hace ser testigos de la vida de una mujer y de su propio y personal análisis de lo que es el amor, las relaciones, la familia, la situación de la mujer y, en relación con esto y sobre todo ello, la importancia de la salud mental. Una historia con unas imágenes y un simbolismo que cala hasta el fondo, con un uso de recursos y citas literarias y cinematográficas muy acertado, un libro que te atrapa y a la vez te aleja, entre cuyos recovecos puedes verte a ti mismo, a tus ganas de vivir pero, también, a las de dejarte ir. Un ejercicio de introspección de la propia autora que traspasa el papel, una puesta en la palestra de temas de lo más candente, como puede ser el cómo los actos y formas de ser y pensar de cada uno van dejando poso en la resistencia (o fragilidad) de la salud mental de los demás, cuán importante es preservar y mantener en condiciones la salud mental de nuestros hijos, cómo les afecta esa “herencia psicológica” que vamos arrastrando de generación en generación, traumas que pasan de padres a hijos y a nietos, etc. Un libro más bien corto pero de una profundidad que sobrepasa con creces su extensión, un libro que duele pero que también sana, con una protagonista con la que es fácil empatizar y a la que es sencillo entender, a pesar de las diferencias que se puedan tener con ella. Una lectura que me ha exigido poco y me ha aportado mucho, con la que he aprendido, he entendido y he conectado. Genial. + Leer más |
En las primeras páginas de PASAJE AL ACTO, de Virginia Cosin, descubrimos a su protagonista recién internada en un psiquiátrico de forma temporal. Un encierro clave que provocará un análisis introspectivo y afilado de sus errores cometidos en el pasado y las causas, nos siempre evidentes, que la condujeron hasta allí. Un viaje hacia el centro de sí misma acompañada por personajes y lecturas, entre ellas la obra maestra de Flaubert, «Madame Bovary», con cuya protagonista empezarán a brotar las similitudes. Bajo la luz blanca y estéril de una suerte de sanatorio, Virginia Cosin nos muestra de manera cruda la angustia de una mujer, una mujer en la que caben todas. La autora teje una tela de araña conjugando el flujo de conciencia y los recuerdos de su protagonista para someterla a un lacerante escrutinio.
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