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Admito que soy la típica amiga pesada que participa en todos los sorteos de Instagram, pero a la que nunca le toca nada, así que imaginad mi reacción cuando La Galera me escribió para decirme que había ganado un ejemplar de Somos astronautas en un sorteo, y más sabiendo que Clara Cortés está en mi top 5 de autoras nacionales favoritas. La edición de esta novela es preciosa. Ya estáis viendo la pedazo portada que tiene, pero es que por dentro es aun más bonita: los inicios de capítulo son geniales, y tiene unas ilustraciones que me han encantado. Es cierto que la tinta de las ilustraciones mancha un poco las páginas, pero son tan bonitas que hasta merece la pena. La trama se puede resumir en "adolescentes haciendo cosas", pero no tiene demasiada acción, así que es ideal si os gustan esa clase de novelas. June es la empollona de la clase, y está obsesionada con los aliens. Bean es una chica que se siente un poco desplazada en casa y el instituto se le hace un poco cuesta arriba; al menos, hasta que June comienza a darle clases particulares. Adam sólo es el chico que toca el fagot en la banda de música, pero cuando retoma el contacto con Lee, su amigo de la infancia y el chico popular, su mundo empieza a abrirse. Los cuatro se hacen amigos de una forma bastante increíble, e inician una profunda amistad. Estos protagonistas me han parecido completamente adorables, y me ha parecido extremadamente fácil conectar con ellos; leer Somos astronautas ha sido como una charla con amigos. Como digo, Clara Cortés es de mis autoras españolas favoritas, y con esta novela me ha conquistado. Estamos ante una novela de aprendizaje continuo, amor, amistad, familia y auto descubrimiento. Además, está escrito con un estilo mágico, muy delicado, pero que al mismo tiempo hace que te leas cien páginas de una sentada sin apenas darte cuenta. Creo que la próxima vez que alguien diga que la literatura juvenil no puede tratar temas importantes o que es cosa de niños, voy a tirarle las más de cuatrocientas páginas de Somos astronautas a la cabeza. Me encanta la forma que tiene la autora de introducir metáforas en sus novelas de forma sutil y maravillosa. No es algo pesado en absoluto, pero gracias a ello los personajes avanzan y aprenden muchísimo sobre sí mismos. Estamos ante una novela preciosa en todos los aspectos, además de fácil de leer a pesar de la importancia de los temas que trata. Os recomiendo muchísimo que le deis una oportunidad; no os arrepentiréis. |
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