¡Ojalá que encontréis en vuestro matrimonio únicamente celos, horror y confusión, y para desearos todos juntos los males, ojalá os nazca un hijo que se parezca a mí! |
¡Ojalá que encontréis en vuestro matrimonio únicamente celos, horror y confusión, y para desearos todos juntos los males, ojalá os nazca un hijo que se parezca a mí! |
Tan justo es lo que pido como vuestro rechazo
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Lo mismo en mi ambición que en mi ardor amoroso veo lo que es un trono, lo que es una mujer; y al juzgar por su precio lo que es el poseerlos, extingo finalmente mi ambición y mi llama. |
El que se venga a medias corre él mismo al castigo, preciso es condenar o culminar su odio. |
¿Cuál es aquí tu hechizo, Princesa aborrecible? ¿Y por qué privilegio, tal fuego alimentando, puedes tomar a uno y quitarme a los dos? |
Que la muerte la rapte o que un rival la lleve, el mismo es el dolor para un enamorado. |
Así disimuláis un despecho furioso, así lo adormecéis con fingido semblante, y pensáis aliviar con mentida entereza lo que en el alma temen las justas desconfianzas. |
Cuando el obedecer es tan grande impiedad, la rebelión se vuelve necesaria tarea. |
Esto mi suerte sigue, no busca una corona: amaré a uno de ambos, pues que así me lo ordenan; tomaré del secreto revelado el poder, y tras de mi deber nacerán mis amores. |
Corazón no tenemos para odiar o querer: Obedecer tan sólo saben nuestras pasiones. |
¿Cuál de los siguientes libros fue escrito por Gustave Flaubert?