El fútbol desata pasiones. En cada jornada acelera o frena los corazones de millones de personas. Para algunos, ver jugar a su equipo es la droga más dura. Prefieren los colores de la bandera de su club a los de la de su país. Se preocupan más por la salud financiera de la entidad, que por la de su propio hogar. El fútbol es deporte. Y debería ser sano, limpio, competitivo pero honesto. Vencer a cualquier precio no es vencer. Desear la derrota del eterno rival en competiciones internacionales no es amar tus colores, es odiar los del otro. El fútbol mueve masas. Y todo aquello que involucra a mucha gente tiende a ser complejo. No es un simple divertimento ni un medio de descarga de adrenalina. Es un gran negocio. Una religión. El tema del que siempre hablar. La gran evasión. Aquello con lo que algunos llenan sus vidas. Aquello por lo que otros matan ¿Os parece exagerado? Preguntad en Argentina. Aquí cuesta entender la dimensión del problema. Tenemos ultras, pero no los percibimos como algo tan grave al ser menos numerosos que los Barras Bravas. En la tierra de Maradona y Messi hay muchos negocios (de dudosa moralidad), controlados por estos grupos. Son violentos y despiadados. Fanáticos. Manadas que tratan de imponer su ley incluso a sus propios clubs. ¿Pensarán los niños, cuando juegan con su balón, que de convertirse en estrellas tal vez tengan que sufrir las coacciones y amenazas de estos grupos? Sin duda, es más fácil y seguro ser una “estrella virtual”. Sentarse en un sillón y ganar todos los partidos con la consola. ¿Os imagináis que pudieseis controlar a vuestro jugador favorito (al de verdad) con un simple mando? El Racing de Avellaneda es uno de los equipos más importantes de Argentina. Un club histórico que, inmerso en una eterna crisis, está al borde del descenso. La situación es desesperada. Zagaglia (el entrenador) se siente incapaz de abandonar el barco que se hunde bajo su mando. Franzoni (la estrella del equipo), sueña con jugar en Europa, y Ribonatti (el presidente), se sabe incapaz de gestionar nada. Ni el club, ni su matrimonio. Sin embargo, una luz parece vislumbrarse al final del túnel: Nakamura, campeón del mundo de PlayStation, es un genio de la biotecnología... y fan del Racing. Este les ofrece una oportunidad única, ser los primeros en un programa experimental que podría hacerles ganar cualquier competición. Asegura poder implantar un chip en el cerebro de Franzoni y manejarlo desde la grada. Todo parece perfecto... pero nadie ha tenido en cuenta los planes de Lis y sus Barras Bravas. Convertini es un autor con las ideas muy claras. Sabe exactamente lo que quiere contar y nada le detiene. Trasciende géneros sin pudor. Juega con el lector. Plantea un argumento atípico, casi cómico, que hace que nadie sepa muy bien si ha de enfrentarse a una obra de ciencia ficción, a una novela negra, o a una comedia argentina de vocación cinematográfica. Pero la crudeza, la violencia y el desencanto están por doquier. Tocándolo todo. Contaminándolo todo silenciosamente. Esperando a que quienes lean esta historia sueñen con un Racing campeón, con un Zagaglia ganador, y con un Ribonatti decidido y valiente, para descargar con furia toda la violencia que ha estado bullendo inadvertidamente. El último milagro es una novela atípica, adictiva y contundente. Un homenaje literario al lado oscuro del deporte más popular del mundo. Un dardo certero en el corazón de una nación que ama el fútbol. La obra de un autor de raza que disfruta imaginando historias turbulentas y que adora el balompié, pero detesta todo lo sucio que subyace tras él. La editorial Barrett os brinda una oportunidad única: la de disputar un partido apasionante, tan imprevisible en sus 250 páginas como una tanda de penaltis. No os equivoquéis, será un encuentro sucio y no todos los jugadores podrán terminarlo. No ganarán quienes consigan marcar más goles. Los vencedores serán aquellos que alcancen la redención. Los que, tal vez, entiendan que la vida es otra cosa. Enlace: https://elyunquedehefesto.bl.. + Leer más |
#Filbita2023 es un festival de 4 días de literatura para las infancias.
Del 9 al 12 de noviembre 2023.
Actividades para chicas y chicos de todas las edades. de 0 a 100, ¡todxs bienvenidxs!
Talleres, charlas y mesas para adultxs
2 autores extranjeros y más de 50 argentinxs.
Más de 50 actividades: lecturas, entrevistas, conversaciones, paneles, música, performances, talleres, clases, experiencias literarias y más.
Todas las actividades son gratuitas y presenciales.
Los talleres y las actividades para chicas y chicos son con cupo limitado y por orden de llegada.
“La perplejidad es buena, pensar es bueno, discutir es bueno, preguntarnos, desconcertarnos es bueno. Es cierto que es ‘inseguro' pero es lo único que nos mantiene vivos”, dice Graciela Montes en uno de los artículos de la frontera indómita. Dice también que “los lectores se hacen con lectura, lecturas del mundo, lecturas de sucesos, de entornos, de circunstancias, de personas, de gestos, de paisajes, y lecturas de letra”.
Como Graciela, creemos en la perplejidad y en el arte. Porque sabemos que nos volvemos lectoras y lectores cuando un libro nos nombra, nos empuja a crear en el vacío, es que este año celebramos la democracia con libros, lecturas y artistas, a partir de la creación colectiva, la gestación de espacios comunitarios que bienvienen a las chicas y los chicos y los hacen parte de la gran conversación de la cultura y la literatura.
Las tardes en la plaza. Los juegos en la escuela. Los saludos por el barrio. Las canciones que tarareamos. Las escondidas a la siesta. Los cohetes de cartón. La soga que sube y baja, nenas y nenes que saltan. ¿De qué están hechos todos esos momentos?
Están hechos de palabras. Desde que nacemos y alguien nos nombra. Cuando crecemos y vamos poniendo nombre al mundo. Está hecho de palabras heredadas, inventadas, que intercambiamos, que habitamos. de historias que contamos para nosotros y para otros.
En los libros, en la literatura fuera de los libros, en las historias, están las palabras, y también estamos: nosotros y los otros. Y ahí, nos encontramos.
Es por eso que en su 13º edición, el Festival de Literatura Infantil #Filbita 2023 invita a chicas y chicos de todas las edades, a gente que está creciendo, a lectores que acompañan a otros lectores, a creadores, artistas y mediadores a pensar en las formas de crear comunidad, de compartir espacios reales y simbólicos, de hablar una y muchas lenguas, mirarnos, escucharnos.
Filbita es posible gracias a la colaboración de muchas personas e instituciones. A lxs autores, artistas, editoriales y organizaciones que nos acompañan, ¡muchas gracias!
A lxs chicxs que harán que el festival sea todavía mucho mejor de lo que soñamos, ¡bienvenidxs y gracias!
Las ilustraciones de esta edición estuvieron a cargo de Paz Tamburrini, ¡gracias por la belleza!
Gracias a Fundación Santander, Mecenazgo y Eterna Cadencia.
Participantes
Adolfo Serra (España), Ed Vere (Inglaterra) Soledad Alonso, Vanna Andreini, María Aranguren, Dayana Álvarez Piñeros, Silvia Badariotti, Carla Breslin, Florencia Cambariere, Ine Capurro, Nicolás Castelo, Valeria Cervero, Vivi Chaves, Fabián Chazarreta, Mariana Cincunegui, Sandra Comino, Horacio Convertini, Milagros Corcuera, Pablo Dacal, Leila Ducrey, Loreley El Jaber, Inés Garland, Florencia Gattari, Pola Gómez Codina, Betina González, Gustavo Gottfried, Marina Haller, Isol, Clara Lagos, Federico Lamas, Verónica Maggio, Guillermina Mammarela, María Fernanda Maquieira, Guillermina Marino, María Eugenia Marino, Christian Montenegro, Graciela Montes, Noe Nicolino, Lourdes Ortiz, Belén Parisi, Marina Peralta Gavensky, Peripleras, Melina Pogorelsky, Maura Rivero, Silvina Rocha, Theo Rubel, Luciano Saracino, Carolina Salvini, Claudia Stella, Paz Tamburrini, Vanessa Zorn