La princesa de los lobos

El comienzo es algo lento y pausado y la trama no termina de arrancar. Pero poco a poco se va iniciando la acción y sobre todo, la autora nos va dejando con curiosidad con alguna que otra cosa misteriosa que ocurre y no tiene explicación por el momento.

Algunas situaciones son extrañas y algo difíciles de imaginar. La autora pasa de una cosa a otra de una forma un tanto confusa a veces que te deja descolocado y tardas en ubicarte de nuevo. Y el hecho de que varios diálogos queden extraños y forzados no ayuda. Y es que a veces algunas conversaciones son raras y no tienen ningún sentido ni relación con lo que ocurre.

A pesar de que la trama en si es interesante, tiene su originalidad y entretiene, no me ha terminado de enganchar. Si bien reconozco que sentía curiosidad por un par de aspectos de la historia, en general avanzaba sin morirme de ganas de saber más, simplemente iba leyendo.

En bastantes aspectos la trama es previsible, lo que siempre resta interés a la historia. Admito que en algunos momentos me ha sorprendido pero en general me ha parecido muy fácil de adivinar todo.

El ritmo no está mal. A veces es algo lento y la lectura se hace aburrida, pero en general tiene un ritmo bastante ágil y dinámico aunque la trama es un poco lineal y creo que le faltan giros argumentales pues a veces se hace un poco monótona.

Las últimas cien páginas es la mejor parte del libro. Ahí si sentí que la historia me enganchaba y las leí en nada de las ganas que tenía de saber cómo acababan las cosas.

Un gran punto a favor es la total ausencia del amor. No hay ni una pizca de presencia de este, tan solo hay valentía, entrega y mucha pero que mucha amistad. Esto me parece muy acertado porque la trama no necesita una historia amorosa. Otro punto a favor es la ambientación en Rusia, que me parece muy lograda y hechizante.

El final me ha gustado. Es más o menos cerrado aunque queda alguna cosa por explicar. La trama principal se cierra pero algunos aspectos quedan en el aire, a la imaginación del lector. En general me ha parecido un buen broche para esta historia.

Los personajes no me han terminado de convencer. Están bien definidos pero he sentido que a veces les faltaba desarrollo. No he logrado empatizar ni conectar con la protagonista ni con sus amigas. Para mí gusto son demasiado pequeñas para todo lo que les pasa y me era muy difícil imaginar a unas niñas viviendo todo lo que viven. Sophie, me ha parecido demasiado tonta y estúpida casi todo el rato, no se enteraba de nada. También es muy inocente y muy buena amiga. Delphine es bastante creída y egoísta y no me ha gustado nada su personalidad. Marianne es un personaje más. La chica lista, la estudiosa, pero que no destaca en la trama. de los demás destacaría a Iván, un buen hombre, protector y amable y a Dimitri, un chico algo frío y tímido pero muy fiel y bueno.

Este libro lo gané en un sorteo que hizo Ana de Devoradora de letras hace unos años, pero no sé por qué no lo había leído antes, el caso es que dije que ya era hora y la verdad es que me gustó bastante.

Es entretenido y aunque al principio no sabes bien como va a seguir porque te va introduciendo la historia de Sophie, a partir del momento en el que llegan al castillo hasta el final engancha mucho. Hay ciertos diálogos y situaciones un poco confusas, no porque no sepas que pasa sino porque las cosas que pasan son bastante extrañas.

La trama es original, aunque eso no quita que no sea en algunos momentos predecible. Está escrito en tercera persona centrado en Sophie y lo mejor para mí fue la ambientación, las descripciones tan reales que hace que sientes que estás allí incluso con frío.

Tanto Sophie como sus amigas me parecieron muy ingenuas para su edad, se creían todo lo que les decían y no veían ninguna maldad en nada (no es que la hubiera, pero no desconfiaban de ningún desconocido).

Sophie no tiene mucha personalidad. Para mi gusto las amigas tienen más desarrollado su personaje que ella y se infravalora mucho por no tener una familia o dinero.

Marianne y Delphine son las amigas de Sophie. Cada una es el extremo de la otra y cumplen con estereotipos. Marianne lleva gafas, no despega la nariz de los libros, no se arregla, siempre va despeinada y Delphine siempre va arreglada, sus padres son importantes, tiene mucho dinero, le encanta ir de compras…

Cuando llegan al palacio las tres están emocionadas por conocer a la princesa, pero en Sophie se vuelve más una obsesión por caerle bien y ser su amiga que en Marianne y Delphine, le dice a todo que sí cuando al principio dice que no le gusta ese mundo de gente importante.

La historia está muy bien hecha, aunque un poco infantil; no sé para que público está dirigido, pero creo que para adolescentes de 12 o 13 años está muy bien.

El final me hubiese gustado que hubiera sido diferente y quizá un epílogo dentro de unos meses o años ya que no hay segunda parte y me hubiese gustado saber más del futuro de todos los personajes.
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