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Esther Cruz (Traductor)
ISBN : 8417308016
272 páginas
Editorial: Ediciones Siruela (07/03/2018)

Calificación promedio : 3.81/5 (sobre 8 calificaciones)
Resumen:
«Por la construcción de su trama y la vivacidad de su prosa, la considero verdaderamente una obra de máxima categoría, que coloca a J. J. Connington en la primera fila de los escritores de novela detectivesca».  

T. S. ELIOT



La finca de Whistlefield es famosa no solo por su belleza, sino también por el laberinto vegetal que diseñaron sus primeros propietarios. El recorrido, delimitado por altos setos que se entrecruzan ... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (7) Ver más Añadir una crítica
Inquilinas_Netherfield
 09 May 2018
Ya os comenté en mi última reseña de esta colección de policíacos clásicos de Siruela, Una dirección equivocada, que aunque empecé muy ilusionada con ellos, ahora cojo estos títulos con el freno un poco echado porque me he llevado algún que otro chasco (los compro y los leo igual porque soy una adicta a los detectives clásicos, pero con una pizca de prudencia). Con Una dirección equivocada terminé encantada y, afortunadamente, lo mismo me ha pasado con Asesinato en el laberinto. Qué japi de la vida soy...

Estamos en Whistlefield, casa de campo propiedad de Roger Shandon donde, junto a él, vive buena parte de su familia, que incluye a su hermano pequeño, Ernest, y a sus dos sobrinos, Sylvia y Arthur Hawkhurst, que viven con Roger desde que quedaron huérfanos. Además, durante el fin de semana en que ocurren los hechos, también se encuentran en la casa Neville Shandon, hermano gemelo de Roger y abogado de prestigio, y dos invitados de Sylvia, Howard Torrance y Vera Forrest. Cierra el círculo que formará parte de los futuros sospechosos el secretario de Roger, Ivor Stenness, personaje que parece hecho de piedra y que nada más conocerlo, sabemos que oculta algo.

Así las cosas, en el laberinto de la propiedad (que tiene la peculiaridad de tener dos centros) se producen dos asesinatos entre todos los personajes que os nombro arriba (incomprensiblemente en la sinopsis se dice quiénes son los asesinados sin pudor alguno... lo he editado en la sinopsis y aquí callo su identidad como una bellaca, como debe ser). El caso es que, salvo que alguien haya llegado desde el río que pasa junto al laberinto, parece bastante claro que el culpable es uno de los demás ocupantes de la casa, y para hacerse cargo del caso llega a Whistlefield sir Clinton Driffield, inspector de policía con aspecto vulgar, rostro aburrido impostado, presencia anodina... y, detrás de todo ese disfraz, un hombre agudo, perseverante, disciplinado, concienzudo... y más listo que el hambre.

En Asesinato en el laberinto estamos de nuevo ante una novela policíaca típica de la Golden Age, y eso quiere decir que a quienes les guste el género lo disfrutará muchísimo. Presenta un tipo de trama que popularizó Agatha Christie, pero que ni mucho menos inventó ella: la del asesinato en la mansión o alrededores que reduce la identidad de los sospechosos a sus habitantes, sobre todo en este caso por la peculiaridad del sitio donde se ha cometido. Y es que el lugar del asesinato, el laberinto, es una estructura que da muchísimo juego y el escenario para intentar perpetrar un crimen perfecto. No sé si alguna vez habéis estado en uno de estos enormes laberintos ingleses, pero yo me he sentido muy identificada en alguna escena dando vueltas como pollo sin cabeza xD. Y la ambientación en sí es esencialmente british por cada uno de sus poros, con ese aire de divertida ligereza en algunas escenas, esa ironía que se escapa de la impronta de algunos personajes, sus excentricidades, la mansión en la campiña...

La investigación fluye de un modo que representa a la perfección el carácter del sir Clinton, el inspector que se hace cargo del caso. En un momento dado dice que el papel de la policía es más complicado de lo que parece, porque llega al escenario de un crimen sin conocer de absolutamente nada a los sospechosos, y tiene que empezar a modo de tabula rasa sin ideas preconcebidas, desgranando y perfilando poco a poco el carácter de cada uno de ellos. Los sospechosos se conocen entre sí y saben de qué pie cojea cada uno, dando lugar a los prejuicios o a dejar que influyan resentimientos previos y acusaciones interesadas; la policía no tiene ese conocimiento previo y eso hace que no estén influidos en la percepción de las motivaciones de cada uno. Más trabajo, pero exento de suspicacias. Y como todos tienen coartada, a eso se dedica Clinton: a observarlos, a ponerles trampas y averiguar de qué pie cojea cada uno.

De hecho, si con alguien he disfrutado ha sido con Clinton en sí mismo. Cuando se mete de lleno en la investigación lo hace porque está pasando unos días en casa de un buen amigo suyo, Wendover, vecino de los Shandon, y los diálogos entre estos dos personajes a mí me han hecho sonreír un montón de veces. Clinton es muy buena gente, se preocupa mucho por todo el mundo, pero al tiempo es muy, muy irónico, a ratos sarcástico, y no se corta un pelo cuando tiene que sacarle punta (se ríe un poco de él, vamos, pero con encanto) a los inocentes intentos de Wendover de ayudar en el caso... Wendover, siempre varios pasos por detrás en agudeza, quiere hacer de doctor Watson para Clinton, pero no está a la altura, y hasta le molesta que el policía no encuentre algo tipo "una colilla en el lugar equivocado" que resuelva todo el misterio en un periquete, al estilo Sherlock Holmes. Se nota mucho que Connington, el autor lanza pullitas al personaje de Conan Doyle sobre lo fácil que le resultaba a su detective encontrar pistas imposibles por donde quiera que iba... en una investigación real las cosas son bastante más complicadas.

La narración hace que las sospechas vayan fluctuando de un personaje a otro, y se intuya o no se intuya quién es el asesino, el autor no lo pone fácil para que averigües cómo lo hizo. Y cuando se llega a la escena final, está planteada de tal manera que yo particularmente, por la originalidad y por la ambición que demuestra el autor (recordemos que la novela es de 1927, no estaba todo visto como ahora), no había leído nunca en un libro de este tipo. Muy entretenida, recomendable, con toques divertidos y un detective carismático e ingenioso que protagonizó nada menos que 17 libros. Cruzo los dedos para que el próximo clásico de Siruela que lea no estropee la racha.

Solo ha habido una cosa, una infinitesimal cosa, que mi lado tiquis, ese que lleva el GPS incorporado en busca de cualquier mínima discordancia, no ha podido dejar de detectar, pero es tan mínimo que me ha dado un poco igual. O me ha dado igual porque el resto del libro es muy bueno, está muy bien narrado y me ha gustado mucho, que para el caso es lo mismo. Pero sí que es cierto que hay una cosa (una cosa de las muchas cosas que se explican, no me refiero al conjunto) en la explicación final del caso que creo que es un poco contradictoria o que no está del todo bien razonada (no me ha cuadrado mucho, vaya, y lo he leído tres veces por si era yo la que no se enteraba). Pero de verdad, no le deis a esto más importancia de la que tiene a la hora de leer el libro, porque en conjunto merece mucho la pena.
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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RosaDracos
 29 January 2019
Leí este libro por curiosidad, ya que me llamó la atención que fuera de un autor de la misma época y nacionalidad que la “Reina del crimen”, la querida Agatha Christie.
No me ha defraudado del todo, pero tampoco me ha acabado de convencer.
El estilo puede ser parecido, a priori, al de los libros de Poirot: crimen en una mansión rural con un número reducido de sospechosos; investigador externo a la zona, pero amigo de alguien cercano; compañero de investigación que va proponiendo diferentes teorías (como Hastings)... Pero en realidad el parecido no es tal en cuanto a la narrativa ni a la descripción de personajes.
La forma de narración es mucho más lenta. La relación de los hechos la he encontrado algo caótica, ya que en algunos momentos tiene saltos temporales innecesarios para la trama; sino más bien como si el autor se acordara de aclarar puntos anteriores algunos capítulos después.
El protagonista es más anodino, sin chispa, muy taciturno. Su acompañante, tampoco destaca, muy simple; al contrario de Hastings o Watson, por poner algún ejemplo. Tampoco he encontrado que entre ellos dos, haya esa chispa, esa química que nos hacen disfrutar de sus diálogos y comentarios.
Los personajes son bastante tópicos y típicos, sin carisma, sin mucho desarrollo. Incluso algunos, que en un momento dado parecen muy importantes para la trama, desaparecen sin dejar rastro ni sin saber el motivo de tal desaparición.
Y la trama, aparte de ser predecible, sin aportes originales, deja muchos cabos secundarios sueltos. Por ejemplo, no me ha gustado que se pase casi todo el libro mencionando de pasada que algunos personajes realizaron alguna acción en el pasado, sin especificar que fue exactamente lo que hicieron, ni como, ni a quién, ni donde... y que pese a no ser imprescindibles para el resultado de la investigación, son interesantes de cara a conocer mejor a las personas implicadas... Y te quedas con las ganas!!!
Solo la recomendaría a alguien que quiera conocer algún otro autor de ese estilo, para pasar el rato.
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AnaGranger21
 11 June 2018
Con cada nueva novela policíaca que sacan, me siento atraída hacia ella como un imán a un trozo de metal. En esta ocasión, me he tenido que internar en un laberinto para destapar al asesino de dos cruentas muertes, aunque ¿qué muerte que no sea natural no lo es?

Asesinato en el laberinto de J. J. Connington es una nueva joya que incluir entre nuestras lecturas y que Ediciones Siruela rescata del anonimato para los lectores de habla hispana. El inspector de policía Clinton Driffield se encuentra de visita en casa de unos de sus amigos, Wendover, quien es vecino de los Shandon. Roger Shandon es propietario de la casa de campo Whistlefield, donde vive con su hermano pequeño y sus dos sobrinos huérfanos. En esos días, están con ellos dos amigos de su sobrina Sylvia y el hermano gemelo de Roger, Neville. Una de las mayores atracciones de la propiedad, es el laberinto vegetal de su jardín, el cuál tiene la peculiaridad de disponer de dos centros. Entre sus frondosos muros se comete un doble asesinato y, de inmediato, todos los presentes en la casa se convierten en sospechosos, ya que todos los miembros de la familia saben cómo orientarse en el interior del laberinto y alguien ajeno a la propiedad no podría. El inspector jefe Clinton Driffield, deberá trastocar sus planes y averiguar quién cometió el doble crimen y cuáles fueron sus motivaciones, pero pronto descubrirá que desvelar la verdad no será nada fácil y tendrá que adentrarse en su propio laberinto de secretos y mentiras.

Asesinato en el laberinto es una obra muy inteligente, con una narración exquisita a la par que adictiva. La misteriosa identidad del asesino o asesinos no nos será nada obvio, teniendo que esperar al final de la novela para que la verdad nos sea revelada, un final realmente bueno.

Clinton Driffield es un hombre muy inteligente, sarcástico y sagaz que aparentará ser un individuo anodino, una argucia que le servirá para que sus sospechosos bajen la guardia y tengan una falsa sensación de seguridad en su presencia. Sin embargo, el buen observador no tardará en descubrir en Driffield a un astuto policía.

Como todo buen detective que se precie, nuestro inspector jefe contará con su propio Watson, uno no solicitado, pero el único en el que podrá confiar durante su investigación: su amigo, y vecino de los Shandon, Wendover. El pobre Wendover, a pesar de lo espeluznante del suceso, deseará ayudar a Driffield con el caso sin mucho éxito, lo que dará pie divertidas conversaciones entre ambos, dado el ingenioso humor de nuestro protagonista.

Aunque el número de sospechosos es finito y reducido, a Driffield no le será nada fácil, en un principio, saber de las rencillas, envidias, disputas y demás asuntos familiares que podrían estar detrás de las motivaciones del asesino. Las apariencias engañan y las pistas no serán tantas ni tan esclarecedoras, por lo que Driffield tendrá una ardua tarea por delante. Pero nuestro brillante protagonista sabe que, tarde o temprano, logrará abrirse paso entre el laberinto de mentiras y falsas impresiones hasta alcanzar la ansiada verdad.


Asesinato en el laberinto de J. J. Connington es una maravilla olvidada a la que, con gran acierto, Ediciones Siruela le ha sacudido el polvo y traído, con el mimo habitual que caracteriza a esta editorial, para nosotros los lectores. Se trata de una lectura ágil, inteligente, con un toque de humor en sus diálogos, y muy entretenida, que mantendrá en ascuas hasta a los lectores más avezados en este género.
Enlace: https://elaventurerodepapel...
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lectoraaburrida
 13 September 2018
Lo que me gusta a mí una típica novela detectivesca, oiga 😁. Y con ésta he disfrutado de lo lindo.
Nos encontramos con la típica presentación tipo Cluedo de este tipo de novelas, pero con el añadido de que también nos ofrece unos análisis de comportamiento, método y móvil que me han encantado.
El tema química y tóxicos está muy presente en la historia, se nota que el autor era químico; menos mal que también sacaba ratos para escribir estas novelas y que las disfrutáramos.
El investigador... Ya aviso que probablemente se os atragante, es bastante "peculiar".
Mención especial para ese desenlace...Habrá gente a la que las excusas que se dan para ese final, no le gusten.. O que incluso les parezca abominable esa manera de... Oh, cuánto me ha gustado esa originalidad en... Bueno, tendréis que leerlo. jaja.
No lo pongo las cinco estrellas ya que en algunos momentos ha perdido bastante fuelle e incluso se hacía un poco farragoso.
¿Recomendaría este libro? Sí, sin duda alguna. Magnífica estructura, clásica ambientación y original desenlace.
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LuisMinski
 27 February 2019
Asesinato en el laberinto es un entretenido relato de misterio, de esos que tanto nos gustan, de tono ligero, y con los debidos toques humorísticos y románticos, que encaja perfectamente en el estilo "inglés" de la llamada "Edad Dorada": una mansión en el campo, un crimen aparentemente inexplicable, un reducido grupo de sospechosos, y un detective que resuelve, - al final, como corresponde - , el caso.
También podemos decir que es una extraño tipo de "crimen de cuarto cerrado", ya que, si bien no se trata de una habitación cerrada con llave, el escenario del acto criminal, tal como lo dice el título, es un laberinto.
Otra particularidad es que no se trata de un crimen sino de dos, realizados casi en forma simultanea, y, como corresponde también a este subgénero, con un arma extraña: dardos envenenados disparados por un rifle de aire comprimido.
Además debemos destacar que el investigador si bien es de la policía, se parece, en su proceder heterodoxo e intuitivo, más que nada a tantos otros investigadores particulares propios de la época, incluyendo un amigo que hace de Watson ( no faltan las alusiones a Sherlock Holmes) o Cap. Hastings.
Por último cabría agregar que, quien lee este tipo de literatura sólo para descubrir al asesino, si es un lector avezado, seguramente quedará un tanto defraudado, ya que queda evidenciado mucho antes del final quién es el culpable, pero, la trama está bien desarrollada, y la resolución del caso y el desenlace resultan lógicos y coherentes, por lo que, en definitiva nos encontramos con una novela altamente disfrutable.
Enlace: https://sobrevolandolecturas..
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Citas y frases (3) Añadir cita
LuisMinskiLuisMinski27 February 2019
Escuchó de nuevo, con más atención. Entonces, de repente, no hubo necesidad de agudizar el oído.
Primero fue un golpe seco amortiguado, que inconscientemente Vera reconoció como algo familiar, aunque no supo identificarlo en ese momento. A continuación, casi en el mismo instante, la voz de un hombre emitió un grito inarticulado en el que parecían mezclarse sorpresa, dolor y furia. Tras un momento de silencio, un peculiar chirrido metálico llegó a los oídos de Vera, seguido por un segundo golpe seco y otro grito de dolor. De nuevo, se oyeron el peculiar rechinar metálico y otro de esos golpetazos amortiguados que le resultaban familiares, y luego, más bajo en esa ocasión, un último grito. Seguidamente, volvió a hacerse el silencio.
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AnaGranger21AnaGranger2111 June 2018
—Prueba con el laberinto —le aconsejó. [...]

—Ah, ¿te refieres a nuestro laberinto? [...]. No es mala idea. Como bien dices, seguro que nadie me molesta si me instalo en alguno de los dos centros. Además, ahora mismo quiero disfrutar de todo el aire fresco que pueda. Será mejor estar fuera que en ningún sitio de la casa. [...].
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Inquilinas_NetherfieldInquilinas_Netherfield12 April 2018
La divergencia de la normalidad es el eslabón más débil en la cota de malla de un asesino.
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