En esta novela Harry Bosch se ve implicado, a pesar de todos los esfuerzos realizados por sus superiores para apartarle del caso, en la investigación del aparente suicidio de un compañero, el cual se voló, literalmente, la cabeza en la habitación de un motel. Harry comenzará a desenredar el ovillo utilizando su implacable método de investigación basado en una personal duda cartesiana con la que parte del axioma inicial de que solo sabe que no sabe nada. El final nos depara un bonito giro, previsible pero muy bien narrado y conducido con buen ritmo por Michael Connelly. |