El eco negro

Harry Bosch, detective degradado en la jerarquía del Departamento de Policía de Los Ángeles a la sección de "Robos y homicidios" por un caso anterior, es el protagonista de esta novela policíaca.

Un hombre aparece muerto en un túnel. A simple vista parece un caso más de sobredosis de heroína (estamos a principios de los 90 en la ciudad de Los Ángeles), pero a Bosch hay cosas que no le cuadran. Para más inri, el detective reconoce al fallecido. Coincidieron en la guerra de Vietnam, pertenecieron al grupo apodado "Ratas de los túneles", los cuales se encargaban de la lucha en los túneles excavados por el "Vietcong".

El autor va directo al grano desde el principio, es una novela policíaca al uso, donde los hechos se van ejecutando de manera lineal y sin saltos cronológicos. Tiene todos los componentes de otras novelas y películas del género, en este caso estadounidenses, como son el FBI, Asuntos Internos, veteranos de Vietnam, café, cigarrillos, vigilancias, escuchas telefónicas...

Me ha gustado cómo relata el trabajo de un forense en los casos de homicidio, ha sido bastante preciso en las descripciones. También describe detalladamente las zonas por donde transcurre la historia, se nota que ha pasado tiempo por los alrededores de Los Ángeles.

La verdad es que me ha mantenido enganchado a la trama, el tema me ha resultado interesante y el ritmo empleado no decae a lo largo de la novela. Los personajes carecen de una gran profundidad, pero pienso que Connelly, el autor, no buscaba eso. El final, pese a que había ciertas cosas que me olía, me ha sorprendido.

"El eco negro" es el primer libro de una serie de 25, una saga considerablemente larga. Es el primero que leo, y estoy seguro de que no me quedaré ahí (lo que no estoy seguro es si podré terminar la saga).