Juntos

Cassia Reyes acaba de cumplir los 17 y, en consecuencia, ya está apta para conseguir una pareja y empezar su propia familia. El día del banquete, la Sociedad le anuncia que su pareja ideal no es otro que Xander, su mejor amigo. Pese que a Cassia le parece perfecto aunque ya no exista la magia del primer contacto, cuando decide analizar la microficha de su futuro marido, descubre los datos de otro personaje: Ky, un chico originario de las provincias exteriores, el mundo salvaje e inhóspito. Cassia enseguida se interesa por él y, aunque siendo constantemente vigilada, inicia una misteriosa relación con el chico, descubriendo un mundo hasta ahora vetado e inesperadamente mejor que el que la Sociedad le ofrece.

Como novela sobre la sociedad utópica, Juntos bebe de conceptos ya descritos en otras obras del género, como la ya conocida 'Un mundo feliz', de Adlous Huxley, o de otras más reciente que podemos encontrar aún reseñadas por la bloggosfera, como 'The Giver': un mundo furutista, idílico y esperanzador, donde la sociedad ha sido establecida de tal manera que cada persona sabe su función en la vida y no se cuestiona qué hay más allá de la línea recta. No hay dolor ni pena, todos son felices, nacen con un objetivo y mueren satisfechos de haber sido otro granito más en la montaña perfecta. Pese a todo, Condie ha jugado un carta muy importante y es que, a diferencia de otras novelas, aquí no hay inhibición sexual sino que se ensalza el ámbito familiar: los personajes pueden amar y la Sociedad los incita a ello. Claro, aquí llega el conque: sólo amarán al elegido por la Sociedad.
El mundo descrito en 'Juntos' se centra en la provincia de Oria, vallada y protegida del peligro exterior, provincias que no siguen la lógica de la utopía, donde un poder superior, los funcionarios, lo controla todo. al individuo, cuando tiene edad para iniciar su etapa escolar, se le asigna un horario para que vaya habituándose al ritmo de la Sociedad: clases, entrenamientos y descansos, además de actividades lúdicas centradas en ayudar a la comunidad. El individuo no puede abastecerse solo ya que la Sociedad se ocupa de que no aprenda las funciones básicas como conducir, escribir o cocinar, de tal manera que siempre dependa de las órdenes de sus superiores. A ello, hay que añadirle la entrega de tres pastillas (azul, verde y roja) a cada ciudadano, cuyas funciones no son del todo conocidas y que deberán tomarse en situaciones supervisadas por los funcionarios, lo que le obliga, una vez más, a ser dependiente. La historia empieza cuando Cassia se cuestiona toda Oria.

Cassia como protagonista principal se inicia con los clichés de la utopía: personaje plano que conoce las reglas que le han impuesto y no piensa en el mundo exterior como mejora en su vida sino como el temible monstruo del armario. No obstante, cuando descubre la cara de Ky en la microficha y le pide consejo a su abuelo, a punto de cumplir la edad límite para vivir, éste le abre la mente: le dice que piense por ella misma y que se haga preguntas. En el transcurso de esta evolución, si bien un poco lenta y retrospectiva, Cassia se irá cuestionando todas las funciones de la Sociedad y aprenderá de la mano de Ky que conceptos tan íntimos como escribir o leer poesía son claves para su liberación.

Los otros dos personajes principales que cierran el triángulo amoroso son Xander y Ky. Cassia irá viviendo entre dos mundos, el perfecto con Xander y el salvaje con Ky, para darse cuenta de las ventajas y desventajas de ignorar y saber. Xander como chico perfecto es, irónicamente, perfecto, si bien el encanto enigmático de Ky y que puede enseñar la belleza del mundo salvaje, con sus imperfecciones y tragedias, le otorgan más puntos por ser real y cercano. Aparte de ellos dos, además, encontraremos los padres de Cassia, más conscientes de lo que pasa a su alrededor de lo que creerá el lector en un principio, así como hermanos y amigos que mostrarán otro tipo de pinceladas de esa vida aparentemente perfecta.
El punto que hace más atractivo a Juntos es, sin duda, que los personajes tengan sentimientos. Hasta ahora, las sociedad utópicas se habían centrado en reprimir los impulsos y emociones de sus ciudadanos para evitar cualquier pensamiento racional, si bien en esta comunidad, los funcionarios dejan sentir para que todos sean felices. Si bien los personajes se piensan que son dueños de sus pensamientos, está claro que todo tiene un 'pero': la Sociedad se encarga de que dirijan sus sentimientos a esa persona que ellos creen que es la adecuada y más cualificada. Es una manera curiosa y original de permitir una felicidad aparente, ya que si bien pueden construir su propia familia, nadie tiene la oportunidad de pensar qué hubiera pasado si se hubiera cortejado con otro ya que sienten su corazón en paz.

Como todo inicio de trilogía, y aquí se incluiría el punto negativo, 'Juntos' no desvela apenas respuestas a todas las preguntas que se pueda realizar el lector a lo largo de la obra. Si bien se repite constantemente la función de las pastillas y la necesidad imperiosa de seguir a rajatabla lo que la Sociedad específica, se dan demasiados conceptos turbios que necesitan de una urgente respuesta para entender a la perfección la vida en Oria. al mismo tiempo, la autora define las provincias exteriores simplemente como inestables y salvajes, en guerras constantes y llenos de tragedias, pero cuesta mucho situar el mapa y entender lo que hay más allá. Esperemos que en el segundo ejemplar indague más en el misterio.
Pese a todo, 'Juntos' es un fantástico inicio hacia una sociedad utópica un tanto original que juega con los sentimientos y el corazón que late dentro de la protagonista. Olvidamos las inhibiciones y dejamos que los personajes piensen y razonen por sí mismos, intentando llegar al final del camino y esquivando a los superiores desde las primeras páginas. Si bien las tribulaciones de Cassia pueden hacerse monótonas en algún pasaje por su falta de iniciativa, no se puede decir otra cosa más que: imprescindible.

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Es el primer libro de la trilogía ditopica #Juntos de Ally Condie y entre sus páginas podemos encontrarnos a la razón principal por la que no continuaré leyendo la historia: Cassia Reyes.
Desde que se ha enterado del “error” informático en el que Xander Carrow no es su pareja perfecta sino Ky (hermoso) Markham, la muchacha no tiene mente para más nada que para darle vueltas a lo mismo hasta marear. No sabe si elegir entre su perfecto futuro o sus sentimientos.
Y yo me pregunto ¿de qué sentimientos habla Cassia cuando apenas conoce a Ky? ¡Ah, claro! Es que existe ese famoso recurso del amor a primera vista. Tan oportuno que es…
Juntos se publicó cuando el BOOM de las distopias estaba en su mejor momento. Pero la historia y su autora pasaron sin pena ni gloria, al menos, para mí.
A ver, que la novela nos presenta el mundo idóneo para este tipo de género, traía propuestas muy buenas y conceptos que le hacen distintos a las demás obras de su mismo género, entonces ¿Qué? ¿Qué pasó para que no me causase los mismos hypes que sí hicieron sagas como Los Juegos del Hambre o Divergente? Bueh… Cassia y su manía de explicarlo todo sin emoción alguna.
Parecía como si quien narraba fuese un robot.
He leído novelas enteras donde había “mucho texto” (Término que utilizo cuando hay más descripciones que acción) La trama tiene un ritmo pausado rayando a lo despacito, no, miento, despacito va más rápido que esta novela.
El único que logra salvar un poco y ni así, es Ky. El tipo tiene secretos, es misterioso y actúa como si nada. Razón de más para que La Sociedad (el sistema que gobierna el universo Juntos) le caiga atrás como pulga. Claro, todo con disimulo porque La Sociedad es un sistema que persigue lo perfecto. Y no comete errores.
Y repito, la historia tenía mucho potencial para ser un éxito, con sus mensajes contundentes y alguna que otra denuncia social pero no deja de ser eso, una novela romántica juvenil. Que está bien, pero que no acabó por cuajar.
Entiendo que es el principio de una saga, que tenga más de introducción que de acción, pero chica, este libro fue un somnífero. Nada más empezar a leer me entraba sueño, y yo así no furulo.

"En una sociedad perfecta y lisa como la de Cassia, solo hay un mote, un contacto, una mirada para cuestionarlo todo. Pero los funcionarios son bien conscientes que las transgresiones de Cassia son como las ondas concéntricas de una piedra lanzada a un lago. Dan por hecho muchas cosas. Y, sin querer, perpetúan errores o injusticias.Ahora que has leído este libro, habrás comprobado que, muy probablemente, la sociedad de Cassia y la nuestra no tienen tantas diferencias. A veces solo hace falta un mote, un contacto o una mirada para romper el orden establecido".

Es una obra que invita al debate, a la crítica y a la reflexión...Pensar que nosotros también vivimos en una distopia, creyendo estar integrados en una sociedad perfecta que vela por nuestro bien cuando en realidad esta controla cualquier indicio de libertad que queremos expresar.

Simplemente increíble. Una historia que engaña por su portada porque, aunque pueda haber una historia de amor como hilo conductor, la verdadera pasión se encuentra tras cada situación que vive la protagonista cada cual conlleva indignación por ver la injusticia que se respira en todo el relato así como impotencia por no poder petar la burbuja dónde esta metida Cassia para así liberarla del cruel mundo utópico que se le ha impuesto.

Hacía tiempo que tenía ganas de leer este libro y aunque no ha sido exactamente lo que me esperaba me ha gustado.

El ritmo de acción es algo lento, aunque puede que también tenga algo que ver que lo último que leí del género fue el Corredor del laberinto que tiene un ritmo de acción muchísmo más rápido y prácticamente desde el principio.

Lo que nos plantea la autora con esta historia no deja de ser interesante. ¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar por vivir más y mejor? ¿Es realmente vida cuando estás continúamente preocupado por estar sano?

Al principio parece un mundo idílico, se vive más, las enfermedades prácticamente se han erradicado y te marcan exactamente lo que te hace "feliz". Pero entonces es cuando nos damos cuenta de que la felicidad no es algo que podamos esperar sentados a que otros garanticen por nosotros, no es verdaderamente felicidad cuando no podemos decidir nada por nosotros mismos, cuando las riendas de nuestra vida no están en nuestras propias manos.

El libro me gustó y me dejó con ganas de leer el próximo pero… algunas cosas pudieron haber sido mejores.
Personaje favorito: Ky, me gustó y no solamente por ser el interés romántico de la protagonista.
Personaje que no me gustó: Cassia, algunas veces quería brincar dentro del libro y sacudirla.
Lo que no me gustó: Siento que el personaje de Xander debería haberse desarrollado mejor. La manera en que aparece es muy superficial y si la autora quiere que creamos que es una elección difícil entre Xander y Ky al menos espero un poco más de profundidad en este personaje.
Lo que me parece no creíble: Me parece muy difícil de creer en esta sociedad donde sus habitantes saben leer pero no pueden escribir.
Esto lo había escrito al terminar de leer el libro. Un tiempo después leí El dador de recuerdos y entonces Juntos me parece un triste intento de recrear aquel libro.