Las puertas del infinito

Las puertas del infinito era un libro que quería leer por muchas razones: ya había leído a José Atonio Cotrina y me gustó, no había leído a Victor Conde pero me apetecía, la portada me encanta, me apetecía algo de fantasía y la sinopsis pintaba genial. de este modo, sin dudarlo en ningún momento, fui corriendo a zambullirme entre sus páginas. Sin embargo ahora, al cerrarlo, me he quedado con una sensación extraña, no es que sea malo, me encanta la historia en sí pero no he acabado todo lo contenta que esperaba, me falta algo.

Cambiando el orden en el que suelo hacer las reseñas, voy a comenzar hablando por algo que veo que dificultó a algunas personas la lectura: la narración. Contrariamente a otras reseñas que he leído, la narración no me ha supuesto ningún problema, no se me ha hecho pesada ni la he sentido extraña. Seré yo pero lo cierto es que no me ha costado mucho habituarme tanto a la escritura como a la historia en sí.

Prosigo con lo que más me ha gustado y dejo la espina que se me ha quedado clavada para el final. Lo que me ha cautivado y demostrado que Las puertas del infinito no es un libro como otro cualquiera sino un libro con gran potencial es la historia que se esconde entre sus páginas, el mundo, o los mundos, que podemos observar, la magia existente y esa mezcla de fantasía y ciencia ficción que me ha encantado por completo. Los autores nos presentan una historia perfectamente construida y una de las mejores ambientaciones que he tenido ocasión de leer, este conjunto de ciencia ficción y fantasía ha hecho que Las puertas del infinito sea un libro diferente, original, complejo y maravilloso. Y a pesar de que todo esto lo digo con la mayor de las ilusiones porque verdaderamente este ha sido un aspecto que me ha cautivado del libro, todavía estoy con el ceño fruncido por esa espinita que os dije que tenía clavada.

A ver como lo explico... A pesar de que la ambientación, la narración y todo lo que formaría el segundo plano en una película me haya encantado, siento que no he podido disfrutar del todo con la historia. Uno de mis problemas es que la sinopsis no me ha dado del todo la historia que yo esperaba. Me explico, desde un principio parece que van a aparecer Riddly y Rebeca y se van a poner manos a la obra, sin embargo la historia que se cuenta en la sinopsis no ocurre hasta pasada la mitad del libro. Esto hace que la primera mitad del libro se convierta en una parte bastante introductoria, que me ayuda a introducirme más en el ambiente, pero a mi parecer mientras la parte 'Riddly' transcurre algo lenta al ir evolucionando en el tiempo desde que Riddly es pequeño, la parte de Rebeca la siento casi estancada porque no avanza casi en el tiempo y esto me resultaba extraño. Tras pasar esa parte, siento que tampoco se da un gran cambio, o sí que lo da pero de una forma extraña, empieza más lo que para mi es la historia pero ya empieza muy tarde y siendo un libro autoconclusivo me ha parecido que hay demasiada introducción y que no he podido tener una historia como Dios manda, que todo se ha dejado para el final. Vamos que para mi la historia debería comenzar casi al final y todo lo demás, aunque me ha parecido bien para introducir y aumentar el interés, también me ha resultado demasiado largo y que se podría haber resumido para dejar tiempo hacia lo que realmente es la historia.

Los personajes, por otro lado, me han gustado, todos en general me han parecido buenos, pero al ser todo tan introductorio (por denominarlo de alguna manera) siento que también me ha faltado algo más de interacción entre los personajes puesto que conocía a los personajes pero me hubiera gustado conocerlos más. No sé muy bien como explicarlo, es algo extraño, me parece que los autores se han centrado más en crear este mundo que en los personajes en sí.

Por último voy a hablar del final sin hacer spoilers: me ha gustado, ha tenido chicha que es lo que buscaba, pero también parece un poco sacado de la manga, la verdad, porque en todo el libro no se han dado indicios y de esta forma ha resultado extraño, bueno, tal vez sí se pueda considerar algunos indicios y como cuadran algunas cosas pero si no hubiera sido así también cuadraba así que... Aunque todo tiene lógica, los círculos siempre han sido extraños y la Circuncida tiene juegos como este. Pero me repito: me ha gustado, me ha encantado de hecho porque me ha sorprendido, ojalá todo el libro hubiera sido así.

Las puertas del infinito es una historia original y compleja que fascinará a todo amante de la fantasía y la ciencia ficción. Sin embargo, ha sido una historia que al acabarla te deja con una sensación extraña ya que, a pesar de todo lo bien construida que está, le ha faltado algo que podríamos llamar chispa y que ha hecho que el libro no haya sido todo lo bueno que podría haber sido. Realmente me duele haberme quedado con esta sensación porque sé que el libro es bueno pero tiene un gran pero y es que hasta el final no he logrado disfrutarlo de verdad.

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Víctor Conde y José Antonio Cotrina unen su imaginación para presentarnos una novela a cuatro manos y diversas voces, una aventura más allá de nuestro mundo, una aventura interdimensional donde la fantasía, los sueños y las pesadillas se encuentran tras unas puertas que solo unos pocos podrán abrir.

Fantascy nos sorprende muy gratamente con Las puertas del infinito, una novela que definiremos del mismo modo que el eje de su trama: circularidad, es decir un juego sin fin, ni principio ni final, un círculo perfecto que gira sobre sí mismo buscando respuestas a infinidad de preguntas.

Una novela dividida en dos partes, con capítulos cortos, dinámicos, con una gran riqueza dialéctica y fina ironía, con el juego de contrastes que aporta cada uno de sus autores, con una profunda simbología y la creación de multitud de realidades alternativas complejas que gracias a sus detalladas definiciones el lector puede llegar a asimilar y comprender.

En la primera parte, los autores nos introducen en su mundo onírico, nos dan las pautas y las normas de sus puertas y nos invitan a cruzarlas con ellos de la mano de sus jóvenes protagonistas por separado.

Por un lado conoceremos a Rebeca, una joven que ha pasado de ser esclava a discípula de El Cerrajero, un hombre sin escrúpulos que la mandará a misiones casi suicidas para recuperar objetos escondidos.

El mundo de Rebeca es Colapso, un mundo enloquecido en el que confluyen diversas realidades alternativas a la vez.

Por otro lado conoceremos a Riddy quien dese la Mansión Infinita intentará salvar un Londres del pasado devastado por los guerreros Ikari, unos enemigos implacables, esté joven será guiado por Logan, el mayordomo de la Mansión y quizás algo más.

En la segunda parte comienza la aventura trepidante donde los dos jóvenes aperimantes deberán trabajar juntos para salvar al mundo de la total destrucción. Una de las riquezas de esta parte es ver cómo evolucionan los personajes y como chocan entre si debido a sus orígenes y dimensiones.

Una novela que en parte es como el Hysmon, la puerta definitiva que no puede ser abierta, pero en este caso es la novela que cuesta cerrar al final.

Una aventura fantástica, juvenil, donde se trata la paradoja los mundos oníricos, las dimensiones cubicas y los elementos oscuros, sin olvidar la propia oscuridad del alma humana.

Como podréis leer en la contraportada el ser aperimante, es decir tener la capacidad de ver las puertas a otras dimensiones y abrirlas otorga un poder al alcance de muy pocos, pero hay que recordar que todo poder conlleva una gran responsabilidad. ¿Podrán salvar el mundo o lo destruirán?
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