Menudas historias de la historia

Nieves Concostrina es conocida por ser una gran divulgadora de la historia. Y es que poca gente nos cuenta la historia con la gracia que ella lo hace. Cuando lees a esta autora, puedes llegar a pensar que es una amiga muy cercana la que te está contando un chisme o cotilleo, cuando en realidad ella te habla de anécdotas históricas a través de un lenguaje cercano.

Solo ella sabe cómo hacer de la historia de la humanidad algo interesante, y más de una vez he pensado en qué hubiera sido de mí si alguno de mis profesores de Historia me hubieran dado clase utilizando una actitud parecida a la de Nieves Concostrina. Creo que hubiera sido más feliz, de eso no tengo duda. de hecho, en la dedicatoria previa al libro la propia autora menta a sus profesores de historia, tan insulsos como los míos, me temo.

El libro consta de 13 partes, y aunque es largo (más de 500 páginas), resulta una lectura ligera y rápida, ya que lo original del mismo es que cada anécdota contada no es más larga que una página o página y media. Así píldora histórica tras píldora histórica vas engullendo el libro como si no hubiera un mañana. Cuando te quieres dar cuenta, crees que acabas de empezar y ya llevas medio libro. Para ser de divulgación se lee en menos tiempo del previsto, ya que además la autora escoge anécdotas sumamente interesantes. Además, el peligro que entraña el que cada hecho histórico sea tan breve es que nunca sabes cuándo parar la lectura: una anécdota más y cierro el libro. Gran mentira.

Como de alguna manera tiene que dividir el libro para darle sentido y una mínima organización, cada parte la dedica a un tema en concreto: desde la religión hasta la guerra, pasando por amoríos y descubrimientos variopintos. Así en conjunto, el lector puede comparar reyes, obispos y otros personajes históricos y escoger el más simpático o el más idiota.

Si tienes la oportunidad de leer a Nieves Concostrina no dejes de hacerlo, porque además de aprender sobre historia, pasas un rato agradable y divertido. Me parece una autora que merece la pena leer.